Hoy
os traigo una buena noticia que ya muchos de vosotros conocéis. Y no. No son los
30 céntimos que cobramos la semana pasada. Es una noticia que nos traerá luz y
alegría. Y es que este fin de semana cambian la hora. El sábado, a las 2 serán las
3.
Es
el cambio que gusta a todo el mundo. Es de las pocas cosas en la que parece que
todos los españoles estamos de acuerdo. Lo que no entiendo es por qué no lo
dejan así todo el año. La explicación oficial es por un tema de ahorro
energético (que estaría por ver). Pero yo creo que hay una explicación mucho más
espiritual: la del famoso Ying y Yang.
Tenemos una época
del año en la que anochece prontísimo, salimos de trabajar (los que trabajamos
de mañana) casi de noche y todo eso, para que luego nos dé más alegría cuando
llega el cambio de hora. Es como lo de trabajar. Lo hacemos para disfrutar
muchísimo más de las vacaciones (aparte del detalle económico, claro).
En
La Presilla también estamos viviendo nuestro Ying particular. Años y años de
oscuridad, nubarrones y algún que otro reintegro. Pero quién nos dice que esto
que os presento no sea (ya por fin) el Yang
Lo
que no me queda claro es qué ocurre en otros países. Porque esta Peña llega más
allá de nuestras fronteras. Ahora mismo, quizá Ana la esté leyendo en Japón. Y
Carlos o Raquel la pueden estar leyendo en Suecia, que digo yo que ahí, por
mucho que cambien la hora, va a seguir haciendo un frío de narices. Todo lo
contrario que Fer, porque en Canarias, por muchas vueltas que le quieran dar al
reloj, siempre se está de lujo.
En
fin, ya nos enteraremos.
LA PRESILLA
Ya
va siendo hora.
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