viernes, 25 de junio de 2021

The Blue Ribbon Sports, versiòn española

 

En febrero de este año os hablé de una marca de zapatillas que se llamaba The Blue Ribbon Sports

En ese post decía que en España no pasan esas cosas, pero gracias a mi amiguete Carlangas, hoy os traigo la versión española.

José Paredes Castaño ya cosía zapatos en el patio de su casa con 12 años. Un poquito más mayor se fue a la mili y cuando volvió, decidió dar un giro a su vida y ya de paso, al mercado nacional. Descubrió que todo el mundo vendía zapatos, pero en ninguna zapatería podías encontrar deportivas. Eran los años 60. Este tío, amante de los deportes, convenció a los profesionales del sector para que exhibieran sus zapatillas blancas en los escaparates. Las dejaba a crédito, con el compromiso de que recogería los que no se vendieran. Pero el que es un monstruo, es un monstruo. No solamente descubrió un nicho de mercado por explorar, sino que además tocó las teclas precisas para darse a conocer. Un eslogan <Súbete por las Paredes> y un anuncio con cantante famoso <Leif Garret> hicieron furor entre la juventud.

No tuvo que recoger ninguna. Se vendieron todas.

Un triunfador. Creó tendencia. Hasta el punto de que consiguió ser patrocinador de los Juegos Olímpicos de Moscú80.

Yo por aquel entonces calzaba unas J´Hayber convencido de que eran alta tecnología americana al servicio del tenis (cuando digo al servicio, me refiero para jugar al tenis, no solo para sacar). 30 años después, leyendo esta noticia, me he enterado de que las J´Hayber también estaban hechas en Elche. ¡Qué desilusión! Claro, por eso no he llegado yo a la élite. Las J´Hayber tuvieron su tirón aprovechando la repercusión que habían generado las Paredes. Recordaréis también las Yumas o las Keds ¿a que sí?

Aquí es donde engancharíamos con la historia de las Blue Ribbon Sports, que acabarían llamándose Nike.  Aparece Nike, Adidas, Karhu, New Balance… y comienza a torcerse la trayectoria de Paredes.

La noticia de la semana pasada (triste noticia) fue que este señor, el creador de las míticas Paredes, falleció en accidente de tráfico a los 88 años, de una muerte horrorosa, por cierto; su coche cayó en una balsa de agua para el riego.

Pero quedémonos con la parte chula de la historia: la industria española está plagada de gente valiente capaz de comerse el mundo.

Prometo que investigaré sobre la invención de las chanclas, que en realidad es lo único que calzaremos cuando vivamos en las Kiribati gracias a estas combinaciones

 Buen fin de semana

 





Una administración Vintage

 

viernes, 18 de junio de 2021

Moderneces

 A mí lo de la edad, la vedad es que nunca me ha creado ansiedad. Hay gente que lo de cumplir años por ejemplo, lo lleva fatal. A mí eso me da igual.

No os cuento esto porque sea mi cumple. Qué va… queda todavía más de un mes. Pero independientemente de la edad, sí que detecto otro tipo de señales que me indican inexorablemente que cada vez soy más viejuno. Os pongo ejemplos:

· Mi hija hizo la Evau la semana pasada. Ahora que lo pienso, eso ya es otra señal en sí misma. A lo que voy: en el examen de inglés le pusieron un texto sobre el uso del “punto y aparte”. No lo recuerdo muy bien, pero venía a decir que en los mensajes de texto entre los jóvenes, los “puntos y aparte” generaban cierta desconfianza o mal rollo.

 ¡Y yo ya llevo tres!

Le pregunté a mi hija y me dijo que sí, que poner un punto y aparte… si no va acompañado de un emoji… ¡puf!

     · Para este fin de semana, me llamaron unos amigos para jugar un torneo de Baloncesto Over50 (nunca he llegado tan lejos jugando a este Deporte). El caso es que no os podéis imaginar los comentarios del chat: que si yo no puedo jugar, que si tengo el talón de Aquiles destrozado, que si la artrosis… es que ya no se habla ni de tomar una cerveza.

     · Eso por no hablar de los mensajes de voz, que se utilizan cada vez más. Y el problema es que ahora mi teléfono me da la opción de escucharlo a velocidad normal, x1,5, o incluso x2. Yo, que soy muy de enviar audios y luego escucharme a ver si he dicho alguna impropiedad (vamos, lo más parecido a disparar y luego apuntar), me escucho a x1,5 y me hace gracia (primera mala señal). Pero es que luego me escucho a velocidad normal y me resulto patético por lo lento (señal definitiva de que soy un carcamal).

Y es que la vida en general, está cambiando de velocidad. Y ahí es donde me veo muy mayor. Los mensajes no pueden contener más de un párrafo (lo llevo yo claro con este), los vídeos que duran más de 20 segundos se hacen pesados, los audios… rapiditos y para decir cosas concretas, sin chorradas.

Estamos viviendo en la sociedad del “¡vamos, venga vamos!” Y el que no esté a un ritmo vivo, que se eche a un lado.

Y yo que queréis que os diga… me estaré haciendo mayor, pero no gilipollas. Yo la vida la veo como un buen jamón ibérico. No consiste en comer y tragar para terminar cuanto antes. Consiste en disfrutar viéndolo en el plato hasta que te llegue el aroma, sentir que se te pringan los dedos con la grasilla, metértelo en la boca, paladearlo, masticarlo y sentir el placer de lo rico que está. Y sobre todo, compartirlo. Un buen jamón con amigos, es mejor (aunque toques a menos)

Así que si has llegado hasta aquí leyendo, te mereces disfrutar del premiazo que vamos a conseguir con estas combinaciones, en la playita, al ritmo que nos permita el sol.

 

Hablando de mensajes y WhatsApp, la que se ha liado con un virus que ha rondado por un grupo de amigos ha sido increíble. Espero no verme afectado. Pero si este fin de semana empezáis a recibir mensajes míos pidiéndoos códigos o con pinta de maliciosos, no lo dudéis. Eliminad.

Aunque quizá os tenga que pedir el lunes el número de cuenta para haceros la transferencia… ¡Menudo lío!

 

 

 

 






Disfrutando con los 5 sentidos.

viernes, 11 de junio de 2021

No sé si cambiamos para seguir igual o si seguimos igual para pegar un gran cambio.

 

La semana pasada os prometí que habría sorpresa y ya estoy en condiciones de contárosla.

Se va a producir un pequeño gran cambio en La Presilla. Pero dejadme que os cuente la historia a mi manera:

1995. Yo llevaba echando una mano a mi padre ya desde hacía unos años. Sobre todo en el Estanco, por aquello de cargar cajones y preparar pedidos, aunque también le hacía recados de lotería sobre todo en la época de Navidad. Todo transcurría normal, pero de repente, en junio de ese año ingresó en el hospital y el 8 de julio un cáncer galopante de páncreas le arrancaba la vida. Mis hermanos trabajaban cada uno en sus cosas y yo, sin haber cumplido aún los 25, decidí tomar las riendas del negocio.

El negocio era un Estanco, cuya titularidad pasó de mi padre a mi madre y una administración de Loterías, cuyo titular es Francisco Valdelomar. Bueno, en realidad, en aquel entonces era su madre.

Las veces que pasó esta mujer por la administración en los años que convivió conmigo yo creo que se pueden contar con los dedos de una mano (incluso con una mano de Juanito Oiarzábal). El caso es que esta mujer murió y le sucedió en el título su hijo Francisco. Él sí que ha estado viniendo. Cada primero de mes. Nuestra relación siempre ha sido magnífica, de eso no cabe la menor duda. Pero es cierto que su aportación al negocio siempre ha sido bastante escasa. Tampoco me quejo eh, siempre me dejó hacer y efectivamente siempre lo he llevado como he querido.

El caso es que en un momento dado le tentaron con la venta de la administración y finalmente esa venta se ha hecho realidad. En un principio la idea era que llegara otra persona y yo me desligaría completamente de la Lotería.

Pero lo cierto es que cuando ha llegado el nuevo comprador, se ha generado una muy buena sintonía. Se llama Ricardo, tiene 27 años y en dos semanas me ha demostrado una enorme ilusión por aprender, por crecer y por comerse el mundo. Eso, unido a que me veo reflejado en él, porque cuando yo empecé estaba solo, sin nadie que me pudiera explicar de qué va este mundillo, hacen que me sienta en la obligación moral de ayudarle en lo que pueda.

Quiere dar el salto a las Redes Sociales, quiere ofrecer una página web potente (no la carraca con la que nos manejamos ahora), le ha fascinado el mundo de los caballos y la apuesta hípica, quiere poder dar todo tipo de facilidades a la gente que quiera comprar lotería de La Presilla… y me ha pedido que continúe con estos relatos de la Peña. Así que aquí seguiré, dándoos la matraca. Pero (y ahora os lo puedo decir) con otra sensación. Es curioso porque en realidad no ha cambiado nada (sobre todo para vosotros), pero es como si se hubiera abierto una compuerta de ilusión. Llámalo optimismo, llámalo energía, no sé pero hay algo en el aire que me hace pensar que ahora sí estamos en disposición de que nos toque algo gordo. Así que aunque las combinaciones son las mismas que la semana pasada y que la anterior, yo no sé vosotros, pero yo las veo con otros ojos

Os voy a pasar los saldos y por favor los que estéis en negativo, poneos al día para poder traspasar los trastos a Ricardo sin números rojos. Muchas gracias.

Eso sí, próximamente, cuando se consolide la operación, os haré la presentación oficial, porque lo que es la gestión de cobro si le corresponderá a él. Por tanto, los números de cuenta también cambiarán. Pero ya os lo diré en una o dos semanas.

Mientras tanto, id preparando la carretilla para llenarla de pasta.

 

 

 





I got a feeling