Y no me
refiero al resultado del Euromillones, que aunque los 190 millones se han ido a
Portugal, nosotros al menos hemos recuperado 1,45€.
Me
estaba refiriendo a cómo está el país. Ahora me ha dado por desayunar con el
Telediario puesto y cada mañana me tomo el café con 15 ó 20 altos cargos en
la cárcel.
Una amiga mía (un poco machista) dice que hace muchos años se
mandaban a las hijas a la Universidad para codearse con la alta sociedad, y
ahora lo que se tienen que hacer es funcionarias de
prisiones.
Pero el
debate que planteo es si estos tíos son realmente unos chorizos y unos
sinvergüenzas a los que se ha elegido mal, o son sólo el reflejo de la sociedad
en la que vivimos. Porque me da la sensación de que muchas, muchísimas,
muchisísimas personas de las que insultan a esta gente (sean del partido
político que sean) harían exactamente lo mismo. De hecho, en la medida de sus
posibilidades, lo hacen (o lo hacemos). ¿Quién no ha intentado ahorrarse el IVA
de alguna factura? ¿quién no se llevaría su dinero fuera de España si mereciera
la pena? Por cierto tengo que enterarme de cómo anda la fiscalidad en Kiribati.
El otro día me hablaban de un método para piratear el contador de
la luz. O el
Canal Plus, o la Wi.Fi del vecino.
Más
sangrante aún. Me llegó por terceros un comentario de un ejecutivo del Consorcio
de Transporte de la Comunidad de Madrid que decía que estaban investigando un
dato que les tenía muy preocupados: ¿Sabéis cuál es la estación de Metro que
proporcionalmente más billetes de la Tercera Edad ha estado vendiendo
durante meses? Ciudad Universitaria. Así es. Los chavales se compran el título
en la máquina con el carnet del abuelo y viajan durante todo el mes por 12
euros. Y todavía hay gente que les justifica porque más roban los
otros.
Vivimos
en un país en el que si encendemos la tele sólo vemos casos de corrupción,
prevaricación, tráfico de influencias, etc. etc. Salvo que cambiemos de canal y
entonces veamos a la presentadora de Gran Hermano haciendo apología de las
pollas y las putas (literal), o un reality que consigue un 85% de audiencia por
desnudar a sus concursantes. La otra opción, claro está, es hablar de fútbol.
Por ejemplo esta semana son rabiosa actualidad los nominados al Balón de Oro,
que es un premio que se entrega en febrero…
En pocas
palabras, que empiezo a pensar que los políticos que tenemos no es que sean
malos, sino que son la consecuencia de un sistema mal instaurado. Porque si un
alcalde de un pueblo no tuviera la capacidad de administrar cantidades tan
grandes de dinero, si los consejos de administración de las cajas de ahorros no
concedieran prebendas en forma de tarjetas de crédito, si los partidos
regionales tuvieran un peso específico en función del número de votantes y no de
la proporción de D’Hondt, o si las diputaciones hicieran… las diputaciones…
mmm ¿…para qué sirven las diputaciones? Pues eso, que si el sistema no
estuviera tan deteriorado, seguramente todas estas cosas no
pasaban.
Ya lo
decía aquella gitana que quería ser honrada: “Ay Señol, no me pongas donde
haiga”.
Por eso
esta semana no he hecho la Peña pensando en dar una alegría al que está en paro,
o a los que van a tener un hijo, o al que necesita cambiar de coche. Esta semana
me quiero ir a Kiribati (aunque se hunda), eso sí, después de pagar los
impuestos correspondientes. Por cierto, ahora dicen que Miami también se hunde.
Y es que no me extraña, con este calor el negocio del futuro va a ser montar
chiringuitos en los casquetes polares.
Esta
semana lo vamos a intentar tres veces. La primera esta misma noche en
La Primitiva.
El sábado otra vez. Y si no acertáramos nada, todavía
volveríamos a jugar el domingo a El Gordo de La Primitva. Ésta es la
participación, que esta semana viene con una temática muy
propia.
Un abrazo. Que disfrutéis
del veroño éste que estamos viviendo, que es el nuevo término de
moda.
LA PRESILLA
Cuando
se es optimista, se tiene más suerte.
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