En 1968
nace una empresa de calzado deportivo por la que nadie habría dado a priori un
duro. Y es que una empresa que se llama Blue Ribbon Sports (BRS), en español,
los Deportes de
Phil
Knight, el fundador de aquella empresa, empezó a darse cuenta de que llamándose
así no se iban a comer un colín y en 1971 comenzó a darle vueltas al tema del
nombre de
Vuelvo como otras veces al tema de la pronunciación; casi todos habréis leído NAIK, salvo los que seáis más pijines, que habréis dicho NAIKI. Pero en realidad el nombre viene de la diosa griega de la Victoria, que se llamaba NIKÉ, con el acento en la E (enhorabuena mamá, seguro que eres la única que lo has leído bien). Para que le pongáis cara, hay una versión muy famosa en el Louvre, que es la Victoria de Samotracia.
Tengo que decir que ponerle el nombre de una diosa griega a una empresa, personalmente me parece una horterada. Y de hecho, tampoco es que mejorara la cosa considerablemente.
Tal es así, que Phil Knight empezó a comerse el coco entonces con el logo. Las tres rayitas de Adidas le tenían obsesionado. Cualquiera era capaz de identificar ese logo. Así que en 1972 convocó un concurso para elegir el símbolo de la empresa.
La condición era que el diseño debía dar sensación de movimiento.
El concurso lo ganó Carolyn Davidson, una estudiante de diseño, que se inspiró en la forma de las alas de la diosa.
Hay toda una teoría sobre el diseño del logo; que si apunta hacia arriba, que si muestra movimiento, que si primero cae y luego sube como muestra de resiliencia frente a la adversidad… Yo creo que Carolyn lee estas teorías en casa con una cerveza y es la primera que flipa con la imaginación de la gente.
Lo cierto es que a Phil Knight no le gustó nada el chirimbolo (bueno, el nombre técnico es Swoosh). Estas fueron sus palabras: "el logo no me enamora, pero supongo que me acabaré acostumbrando".
A
Carolyn le despacharon con 35$. Sí, sí. 35 dólares. Aunque en honor a la verdad,
hay que decir que 10 años después, ya iniciado el éxito, el señor Knight (todo
un caballero) localizó a Carolyn Davidson y en un evento organizado por la empresa le hizo entrega de un
anillo de diamantes, un diploma y un sobre con una cantidad considerable (aunque
nunca desvelada) de acciones de
Lo curioso es que eso fue en 1982. Sin embargo, la gran apuesta de Nike no llega hasta 1984, año en el que decide fichar a un chaval que parece que va para figura, pero que en realidad aún es poco conocido. Algún día tendremos que hablar de este episodio.
En fin, en España no pasan estas cosas. Una empresa decide ponerse el nombre de Victoria y no pasa de calzar a abuelillas que van a hacer la gimnasia al Hogar del Jubilado.
En La Presilla tenemos nombre, tenemos logo... y solo nos falta hacer realidad la gran apuesta, que perfectamente podría ser esta
Última oportunidad del mes para conseguir los 210 millonazos de euros que sigue habiendo de Bote.
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it
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