Va urgiendo el tema del Euromillones.
Sigue
habiendo miedo, las ventas caen (por cierto, ¿dónde compra la Lotería de Navidad
vuestra empresa? No os olvidéis de La Presilla), la cosa está achuchada y uno de
los efectos en mí (muy menor, por supuesto) es que me he “desbaloncestizado”. Ya
no hay Baloncesto en mi vida ni como jugador, ni como entrenador, ni como
entrevistador (que hacía mis pinitos), ni como espectador. Así que ¿quién lo va
a pagar? Está claro: vosotros.
Hoy
os voy a contar la historia de Christian
Laettner.
¿Por
qué? Pues porque no me importaría tener en la Peña, la suerte que tuvo este tío
en el Baloncesto.
Este
texto os lo envío a 40 ó 50 personas. Y no creo que haya más de 3 (y ya me
parece mucho) que sepan quién fue este jugador.
Sin
embargo, seguro que todos habéis oído hablar de Michael Jordan. Mamá... Maikel Yordan ¿no
me digas que no te suena?
Sin
contar a mi madre, estoy convencido de que los demás les ponéis cara a Magic Johnson y Larry Bird... Incluso a Charles Barkley, Scottie Pippen o Pat Ewing.
Otro
de los grandes de todos los tiempos de la NBA fue Karl Malone. Por cierto, uno de los
nombres de equipo más cachondos que me he encontrado en las ligas municipales es
“Karl Malone de la Isla”. Karl Malone-Camarón... Qué arte tiene la
gente.
Bueno,
pues estos jugadores, aparte de ser de lo mejorcito de
Estados
Unidos se presentó por primera vez en unos Juegos Olímpicos, los de Barcelona’92
con un equipo repleto de jugadores profesionales. Y quisieron llevar a los
mejores. El equipo lo conformaban los siete nombrados, más Drexler, Stockton, David Robinson y
Chris
Mullin.
Quedaba
una plaza y sin duda, tenía que ser para Isaiah Thomas. Un base de Detroit que
había hecho una temporada espectacular. Pero Jordan, que tenía su carácter, se
plantó y dijo que Thomas no iba. Y claro, cuando el jefe de la manada dicta, los
demás obedecen.
Se
buscó una solución un poco cutre, que fue dejar una plaza que representara al
Baloncesto universitario. Entonces, siendo así, se resolvía el problema. Y
además, parecía claro quién iba a ocupar esa plaza: había un chavalote que sin
ser aún profesional ya era famoso. Shaquille
O’Neil, que era como un camión cisterna, ya había reventado más de un
tablero.
Peeeero...
Vieron
la configuración del equipo y les pareció que quedaba excesivamente oscura.
Había demasiados afroamericanos. Así que lo mejor era llevar a un chico de raza
blanca. Bird, Stockton y Mullin no eran suficiente
representación.
Así
que llamaron a nuestro amigo Christian
Laettner, que se pegó el gustazo de estar un par de meses jugando con
Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Pippen, Barkley y
compañía.
A
lo mejor a vosotros no os dice mucho, pero esa experiencia para un yogurín de 22
años debe ser lo más parecido a tocar el Cielo.
El
mismo Cielo que vamos a tocar nosotros este fin de semana con esta selección de
combinaciones
No
os vayáis a olvidar de hablar con los de Recursos Humanos para lo de la Lotería,
que este año nos toca a nosotros dar el Gordo.
Besos.
Que no
os engañen, el verdadero
Dream
Team sois vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario