Os
lo tengo que contar.
A
mí sí me ha tocado la
lotería. Me tocó hace 48 años y
pico.
Me
agarró un señor por la cabeza, luego me cogió por los pies, me puso boca abajo,
y me sacudió un azote en el culo. Yo me puse a llorar pensando qué mierda de
vida era esa. Pero después me colocó sobre mi gran premio de lotería. Y sentí un
amor que ya no he dejado de sentir nunca.
...Bueno,
nunca nunca tampoco. Aquel día que llegué como una cuba, o el día que me cargué
la alfombra, mucho amor no sentía, la verdad.
Pero
salvo por esos pequeños detalles sin importancia, el amor de una madre es uno de
los mejores premios que cualquier persona (sea de la condición que sea) puede
conseguir.
Suena
un poco ñoño, pero es que a veces no somos conscientes de la suerte que tenemos.
Y cuando por los avatares de la vida, ves situaciones desagradables, te das
cuenta de que en realidad nos toca la lotería muchas más veces de lo que nos
creemos; los padres, la familia en la que naces, los amigos, el marido o la mujer, los hijos, en
algunos casos (que afortunadamente no es el mío) que te deje el marido o la
mujer... son alegrías que te da la vida y que a veces no valoramos lo
suficiente.
Aún
así no renunciamos a La Primitiva, porque no tiene que haber nada más bonito que
llevarte un Bote de 20.000.000.€ la semana del Día de la
Madre.
Felicidades
mamá.
Te
quiero casi tanto como me van a querer a mí el lunes todos los que leen esto,
por haber conseguido el Bote con estas
combinaciones.
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