Una
vez mi hermano, siendo muy pequeño, cogió una piedra bien gorda y la lanzó para
arriba con todas sus fuerzas gritando: “las cosas que caen del cielo no hacen
daño”...
...5
puntos de sutura hubo que darle. Pobrecillo.
Me
he acordado de aquello porque últimamente están cayendo cosas muy raras del
cielo.
Y
no me refiero solo a la nieve que ha caído en Madrid esta semana, que ya es
raro. Es que el otro día en Pamplona, cayó una merluza congelada y rompió el
parabrisas de un coche.
De
verdad, no es coña. Buscadlo en internet.
Pero
no queda ahí la cosa.
Hace unos días, en Yakutia, que por lo visto es la zona más
fría de Rusia (madre mía, cómo será), empezaron a caer lingotes de plata y de
oro desde un avión. Dicen que fue un problema con el fuselaje, pero suena más a
complot de historia de mafias. Vete tú a saber...
En
fin, que con tanta precipitación, quién me dice a mí que no nos pueden caer a
nosotros los 13,6 millones de Bote que hay en El Gordo de La Primitiva este
domingo.
Que
sepáis que este mensaje vale también para la semana que viene, en la que vamos a
jugar desde el lunes y hasta el sábado la misma combinación a la Bono Loto , porque estoy
fuera de Madrid y así me despreocupo.
Por
cierto, vuelvo la semana que viene en avión. Espero que no se
caiga.
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