2015.
Zaragoza,
Juan pierde su trabajo. Después de 20 años en la empresa, casi de un día para
otro, la crisis se lo ha llevado por delante. A él y a todos sus compañeros.
Pero Juan no se rinde. Decide invertir todo el finiquito que le corresponde en
la compra de una licencia de taxi. Josefina, su hermana, está orgullosa de
él.
En
Avilés nace una niña preciosa (desconozco su nombre) justo el mismo día que
Lorena y Ferrán celebran su boda en Santa Coloma de
Gramanet.
Cuatro
amigos de Villanueva de Alcardete deciden pasar un fin de semana “de tíos” en
Madrid. Ya sabes, fútbol, copas… y el domingo, un homenaje en un buen restaurante
antes de volver. Pero a última hora, Jesús sufre una rotura del tendón de
Aquiles jugando al padel y tiene que quedarse en
casa.
Como
os decía, la situación económica no es precisamente la ideal. Aún así, poco a poco vamos
saliendo todos adelante. Por ejemplo, una cadena de comercios repartidos por la
Comunidad de Madrid consigue mantenerse a flote aunque la franquicia que les
aporta la imagen no esté en su mejor momento. Mamen, Luis y Laura lo comentan en
la última reunión de gerentes de tienda.
España
en octubre. Época del año en la que las diferencias de temperatura de los
distintos lugares se alejan. Por eso, en Dos Hermanas las noches siguen siendo
pegajosas de calor y Mayte no pega ojo, mientras en Monzón, Huesca, caen las
primeras nevadas y Gustavo duerme a pierna suelta. Está tan a gusto envuelto en
el edredón, que sueña que tiene un décimo que resulta ser muy curioso. Tanto,
que en su sueño le dan de premio exactamente, la misma cantidad que pone en el
número. Número que coincide con el de la licencia del taxi de Juan y que es el
que ve inmóvil Mayte en el despertador digital, en su desvelo nocturno. Y que
además, transformado en fecha, coincide con la de la boda de
Ferrán.
Josefina
quiso regalarle un décimo de ese número a su hermano. Llamó a La Presilla para
solicitar el envío de un décimo y justo cuando le atendían pasaba por
la ventanilla
Tomás , que ya que lo vio, se llevó otro décimo.
Un
par de semanas después llamó Jesús para preguntar por el mismo número. Que le
dolía más el hecho de que sus amigos se hubiesen olvidado de él a la hora de
comprar lotería en un restaurante, que el propio tendón roto. Pero ya no quedaba
nada de esa lotería. La única esperanza es que una empresa con varias tiendas
por Madrid devolviera algún décimo de los que tenía reservados. Al final hubo
suerte y Jesús pudo conseguir su décimo.
Cada
uno en un sitio. Distanciados por cientos de kilómetros, pero todos unidos por
una misma ilusión. Así es España. Su unidad no depende de banderas ni de
decisiones políticas. Es un territorio cubierto de ilusiones, esfuerzos, miedos,
orgullos, amistades, amor, frustraciones, alegrías, incertidumbres y esperanzas
de todos los que vivimos aquí. Y la lotería es uno de los hilos que nos une y
nos cose para que sigamos siendo un gran país.
Del
mismo modo, cada uno de vosotros estáis en un punto de España (en realidad, del
mundo) y la Peña es la que nos va a hacer dar un salto de alegría a todos a la
vez, estemos donde estemos. Espero que sea precisamente con esta
participación
LA PRESILLA
Tejiendo ilusiones
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