La
insatisfacción del trabajo bien hecho.
Cuando
un estudiante se prepara bien un examen, lo normal es que consiga una buena
nota. Cuando un artista hace bien su obra, se le recompensa con un premio.
Cuando un deportista se esfuerza lo suficiente, suele conseguir la victoria. Cuando
un trabajador hace bien su trabajo, se le debería reconocer su labor (no siempre
lo hacemos, por cierto).
Bueno,
pues yo echo la vista atrás y creo que en La Presilla hemos hecho todo lo que
humildemente estaba en nuestras manos.
En
cuanto a la Peña, este año lo intentamos con la Estadística de Fer, con el
convencimiento de nuestro amigo al que llamé “Protón” por lo positivo que era,
hasta con los chistes de Eugenio. Nos hemos encomendado al Amor, a los Ángeles,
a la mujer del fotomatón, a invisibles entes tecnológicos, a nuestro querido
Valiente al que por cierto, han vuelto a mutilar. Pero nada. Ni siquiera
Justino, que ha conseguido darnos nada más que 3 euros a cada
uno.
Y yo
sé que la Peña es difícil, pero con el sorteo de Navidad tenía un run run que me
decía que este año íbamos a dar un gran premio. Como diría Míchel, “me lo
merezco”. Bueno, La Presilla se lo merece. Pero nada oye. Varias pedreas, unas
cuantas centenas y alguna terminación. Pero ningún premio
significativo.
Os
digo lo mismo. Hemos trabajado muy bien la campaña, de hecho hemos vendido algo
más que el año pasado, nuestro beneficio está ahí. Pero a pesar de ello, el día
22 cuando suena el Gordo, lo buscas en el ordenador y compruebas que no lo has
dado, la decepción es indescriptible. Es la sensación de no haber alcanzado el
objetivo que todo el barrio, todos tus amigos, tus familiares, tus conocidos
esperaban de ti. Y se te queda una cara de tonto, que no se puede
aguantar.
Claro,
20 años al frente del negocio, al final de tanto quedársete esa cara ya me
empieza a parecer que se me ha quedado para
siempre…
Pero
dura unas horas nada más. Durante tantos meses repartes tanta ilusión, que
acabas la campaña desilusionado. Pero si de algo somos especialistas es de
levantarnos y volver a intentarlo. Así que aquí estamos: probando suerte otra
vez con otra participación con 100 décimos diferentes para el sorteo de El
Niño.
(De
éstas sí que tenemos más participaciones disponibles, por si alguno queréis más
de una).
Como
dice la participación que os regalamos (un detallito muchísimo menor de lo que
os merecéis), os deseamos un 2.016 repletito de alegrías, de premios y de
ilusiones cumplidas.
Muchas
gracias por vuestra fidelidad, por vuestra paciencia y sobre todo por contribuir
a que la Peña de La Presilla siga creciendo cada
semana.
Felices
Fiestas.
Sed
felices.
LA
PRESILLA
El
lugar en el que habitan
los
números de tu suerte.
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