Me
habría gustado enviar este mensaje ayer sólo por una chorradilla; porque ayer
fue el Día Internacional de la Felicidad.
Pero
el trabajo, los papeles, las facturas, los cafés “que tengo que hacer el
sacrificio” de tomarme con unos y con otros, etc. me impidieron llegar a tiempo
a la cita (por otra parte, muy propio de mí). O quizá porque también fue el Día
Internacional del Sueño.
El
caso es que hemos decidido prolongar este día y lo hemos transformado en el Fin
de Semana Presillero de la
Felicidad. O mejor, qué leche: en el Fin de Semana Presillero
del Dinero (por si al final resulta que el dinero no da la felicidad). Y lo
hemos hecho Presillero y no Internacional no porque tengamos menos categoría,
sino porque si lo hacemos Internacional, los premios podrían caer en el mundo
entero y lo que queremos es que caigan sólo en La
Presilla.
Se
trata de jugar a todo lo que se nos ponga por delante entre el sábado y el
domingo, a ver si nos llevamos más del euro con veinte céntimos que conseguimos
cada uno la semana pasada. Por eso esta vez hemos hecho combinaciones para La
Primitiva, para El Gordo de La Primitiva y para la Lototurf. Éstos son los
boletos
Yo
ya estoy buscando islas paradisíacas, porque la semana que viene vamos a hacer
como los del avión malayo. Vamos a fletar todos los peñistas un avión (bueno,
todos menos Encarna) y a mitad de vuelo vamos a apagar el Tom Tom ése que llevan
para poner rumbo a una isla lo suficientemente pequeña como para organizar
fiestas todas las noches y lo suficientemente grande como para poder perderte si
no quieres que te encuentren.
Al
final estoy seguro que hasta de eso nos cansaríamos. Porque el dinero en esas
cantidades tan astronómicas acaba perdiendo valor. Mira el británico de la
semana pasada. ¿Para qué querrá él 129 millones de euros, si además allí siguen
con la libra…?
Yo
no sé vosotros, pero si tengo que elegir entre felicidad y dinero, me quedo con
la primera a pesar de que mi compromiso con vosotros es el de encontrar el
máximo dinero posible.
Fijaos si me lo he
tomado a pecho lo de encontrar dinero, que este fin de semana me voy a buscar
oro. Aunque donde voy creo que ya no queda ni una pepita. Se lo llevaron todo
los romanos hace casi 2000 años. ¿A que no sabéis dónde
voy?
LA PRESILLA
El
dinero no cambia a las personas…
…sólo
las descubre.
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