Raza.
El otro día me hablaban de la existencia del doping en el trabajo.
De que hay gente que utiliza suplementos energéticos, en ocasiones ilegales,
para poder soportar las diferentes situaciones laborales. A veces por la carga
de trabajo, a veces por la dificultad del mismo, otras por las relaciones
humanas (o quizá inhumanas)… El caso es que vivimos en un mundo, el empresarial,
en el que dependemos de resultados, de cuotas de mercado, de objetivos cumplidos
y muchas veces acabamos perdiendo la
motivación.
Y es ahí donde quería yo llegar. Nuestro protagonista de la semana
tenía muchos defectos. Era un mujeriego, se arruinó con el juego, era polémico…
pero tenía una gran virtud: era un motivador
nato.
En estos tiempos que corren, no paramos de oír hablar de
psicología, de coaching, de charlas motivacionales y de mil cosas que te
explican cómo tenías que haber nacido para estar motivado. Porque no nos
engañemos, todas estas cosas sirven para saber cómo debemos pensar y actuar para
estar “enchufados”, pero a los cinco minutos seguimos comportándonos de la misma
manera de siempre.
Nuestro hombre de hoy es Juanito. Sí, sí. El mítico jugador del
Madrid. Juan Gómez, Juanito. Un hombre capaz de pisarle la cabeza a un contrario
por haber entrado fuerte a un compañero, pero también capaz de convencer a todo
el equipo de que se puede realizar lo imposible. De los pocos que después de
perder 5 – 1 en Borussia se atreve a entrar en el autobús arengando a toda la
plantilla para terminar haciéndoles creer que lo difícil es que queden
eliminados.
Qué empresario no quisiera tener una persona que consigue
transmitir auténtica rabia ante los fracasos y contagiar tanta felicidad en el
éxito. Éste era Juanito: https://www.youtube.com/watch?v=FDszamBGGhg Todo
corazón. Pero eso se tiene o no se tiene. Lo siento. Nos podemos inflar a ver
vídeos de Emilio Duró o de Víctor Kuppers, podemos visionar todos los anuncios
de Nike que queráis, pero sólo el que lo lleva en la sangre puede mover masas.
Juanito fue un buen jugador sin llegar a ser un súper clase, pero
no se puede negar que ponía el alma en lo que hacía. Hay infinidad de jugadores
que han dejado maravillosas jugadas, es más, no sólo futbolistas, hay miles de
deportistas que nos han dejado recuerdos imborrables, victorias épicas, imágenes
históricas… pero muy poquitos que nos hayan dejado por herencia su espíritu.
En baloncesto, cuando un jugador ha sido una institución en el
club, se le cuelga la camiseta con su número en el pabellón, como símbolo de
agradecimiento. Pero lo de Juanito es especial. Él jugaba normalmente con el
número 7 en la espalda.
Y aún hoy, 24 años después de su muerte, el Bernabéu grita
“ILLA, ILLA, ILLA, JUANITO MARAVILLA” en el minuto 7 de cada partido. Se ponen
los pelos de punta. Yo al menos, no conozco ningún caso
similar.
¿Y a cuento de qué viene esto? Pues porque hoy, como todos los
jueves, hay sorteo de Lotería Nacional. Y el décimo viene dedicado (supongo que
parte de la recaudación también) a la Fundación Juanito
Maravilla. Y claro, ¿cómo iba a dejar escapar la ocasión?
Jugamos la friolera de 55 décimos. Cinco décimos de cada terminación, excepto
claro está, del 7 que nos jugamos las 10 terminaciones posibles. Porque estaría
bueno que hicieran un sorteo dedicado a Juanito y no saliera el 7. Vamos, habría
que repetirlo.
El otro protagonista de la semana es Mayo. Éste no es mujeriego. Le
gustan más las yeguas.
Es el caballo que nos tiene que hacer ganar el millón y poco que
hay de Bote en la
Lototurf. Por cierto, os diré que le dediqué un ratillo a mirar
las estadísticas para ver cuáles eran los números más propicios, así que si
acertamos el domingo, no va a ser tanto fruto de la casualidad, que me lo he
currado.
Un abrazo.
Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
ILLA,
ILLA, ILLA, va a tocar en La…
No hay comentarios:
Publicar un comentario