Buenas
tardes.
Tenemos
un chino (yo creo que alguna vez os he hablado de él) que viene todas las
semanas. Al tío no le sacas ni una palabra, ni una sonrisa, ni un ná. Si acaso
alguna vez, un “buenas tardes”. Pero el jodío todas las semanas trinca algo. Es
increíble pero todas las semanas pilla.
Tenemos
otra clienta bastante parca en palabras también. El día que te da las “buenas
tardes” te puedes sentir honrado. Pues el lunes le mandamos a Capitán Haya a
cobrar setenta y tantos mil euros que le habían tocado.
Y
claro, yo que de todo saco mis propias reflexiones, he llegado a la conclusión
de que cuanto menos te des a conocer, más probabilidades de éxito. Y además es
una teoría contrastada, porque mira que me enrollo yo a hablar todas las semanas
y no vemos un céntimo. Así que, dicho esto, comienzo a escribiros el mail de
esta semana:
BUENAS
TARDES.
LA PRESILLA
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