La Presilla y el ron.
Ya estáis pensando “¿qué paralelismo nos sacará este tío hoy entre
el ron y su administración de Loterías?” Pues es que ha caído en mis manos un
artículo sobre la leyenda del ron Santa Teresa. Si no lo habéis leído, bucead
por internet que es bastante interesante. Resulta que éstos de Santa Teresa
llevan haciendo ron en Venezuela desde hace más de 200 años. Pero hace unos
años, en la zona donde tienen la producción empezaron a sucederse saqueos, robos
y todo tipo de desórdenes provocados por las bandas de delincuentes callejeros,
que eran varias.
Un día, ya harto el patrono, en vez de llamar a la corrupta
policía, encargó a su jefe de seguridad (que no me gustaría encontrármelo de
frente en un callejón oscuro) que localizase al jefe de la banda de la Placita,
una de las más siniestras del lugar. Dicho y hecho: Jimin, que así se llamaba el
angelito, apareció con el malote. Y el dueño de la finca, Alberto, le dio dos
opciones: o le entregaba a la policía, a los que les resultaba más sencillo
matarle y dejarle en una cuneta, que seguir todo el protocolo. O se incorporaba
a trabajar con ellos gratis durante tres meses. La intención no era tanto
aprovecharse del chaval, como tratar de corregirlo. Aceptó el trabajo. Así que a
éste le mandaron al monte, y a Jimin le mandaron a por el number two, que
también aceptó la oferta.
Es más, no sólo la aceptó sino que además le pidió al patrón
que aceptara a cuatro o cinco chavales más de la banda. Aceptó. Pero no
vinieron ni cuatro, ni cinco. Vinieron 22.
Este hombre les aisló en una parcela en mitad del monte y les
encomendó los trabajos más duros, que realizaban ante la atenta mirada de Jimin,
al que yo me le imagino encendiéndose las cerillas en la
barba.
El caso es que
Alberto Vollmer, que así se llama el mandamás, decidió dar un
paso más. Este hombre era un apasionado del rugby y decidió utilizar este
deporte como instrumento para inculcar los valores que le definen y que tanto
necesitaban los chavales: disciplina, respeto, trabajo en equipo, humildad y
espíritu deportivo.
Parece una película de tarde de domingo, pero es real como la vida
misma. Pronto fueron apareciendo los cabecillas de las bandas rivales a pedir su
oportunidad. Al principio, cada banda trabajaba en lugares diferentes para
evitar conflictos. Pero poco a poco fueron compartiendo horas de rugby y han
terminado convirtiendo el estado de Aragua en una zona mucho más próspera, en
donde el índice de homicidios ha descendido a menos de 20% de lo que había
antes. Los niños han cambiado las navajas por balones de
rugby.
Hoy en día, hay dos jugadores de la selección nacional que han
salido de este proyecto.
Ahora trasladaros a España, y versionad un poco la idea. La población de
Vallecas no es violenta, ni yo tan ingenioso como el Sr. Vollmer. Pero me he
propuesto transformar el barrio. Aunque no voy a utilizar precisamente el rugby.
El instrumento que voy a utilizar yo se llama Euromillones. Y el proceso va a
ser mucho más rápido y mucho menos traumático, ya lo veréis.
Con estas combinaciones espero poder repartirnos los 105 millones
de euros que hay de Bote.
No hace falta que os diga con qué vamos a brindar
¿verdad?
Buen fin de semana.
LA PRESILLA
Ofreciendo
Fortuna desde 1.924
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