Nuevos
proyectos.
No damos
ni una. Bueno, hace un par de semanas se me olvidó comentaros que nos tocaron
1,70€, pero salvo esa excepción, la verdad es que no hay manera. Da igual que la
hagamos pensando, que la hagamos automática, que la hagamos como la hagamos, que
dice que no sale y es como un niño cabezón.
Así que
a grandes problemas, grandes soluciones.
He
tomado dos decisiones. Una que os afecta más y otra que simplemente es una
chorrada de las mías, pero que me ha gustado y ya la he puesto en
marcha:
· La que os afecta más es una variación del precio de
la participación.
Sí , ya sé que no está la cosa como para andar encareciendo el
producto, pero yo os lo explico. Para nosotros es un follón tener las Peñas de
Primitiva y de caballos a 2€ y la de La Quiniela a 4. Así que
hemos decidido unificar el precio. Como reducir La Quiniela a 2€ era pegarle un
bajón impresionante (y tampoco está la cosa como para rebajar al 50%) y subir
las otras a 3
a mí me parecía una barbaridad, creemos que lo más
razonable es fijar el precio en 2,50€. Así el que juega solo a La Primitiva se
ve afectado sólo en 0,50€ a la semana que no le desmantela el presupuesto
familiar. Y sin embargo, el que juega a las tres cosas pasa de
8 a 7,50€,
con lo cual sale un pelín beneficiado.
Además al aumentar el precio, también aumenta el
importe de lo jugado, con lo cual aumentan nuestras posibilidades de éxito, eso
hace que nos toque. Al tocarnos un buen premio se lo comentareis a vuestros
amigos y a los compañeros de la oficina que muertos de envidia, se apuntarán y
entonces aumentará el importe de lo jugado, con lo cual aumentan nuestras
posibilidades de éxito, y entramos así en un bucle alcista que nos permitirá
dedicarle un bonito corte de mangas al jefe (si no se porta bien, que no todos
son iguales…) antes de irnos a vivir a unas islas de ésas donde la temperatura
nunca baja de 20 grados.
· Y aquí enlazo con el segundo proyecto. El
chorra:
Como en las Peñas de La Presilla participamos más de 70 personas, y
sé que a muchas de ellas os gusta viajar y otras también lo hacéis aunque no os
guste, por motivos labores, me he inventado la sección “PRESILLEROS POR EL
MUNDO”.
Consiste en enviarme una foto desde cualquier lugar del mundo en el
que estéis (da igual que sea Burgos o Moscú) con vuestro consentimiento para
poder publicarla en Twitter y así ir haciéndonos un álbum de Presilleros por el
Mundo.
Y la foto que inaugura esta sección no podía ser más
alucinante.
Ya podemos decir que la Peña ha llegado a… ¡Laponia!
¿A que mola la idea?
Dice Jorge que fue el único cartel que pudo encontrar que no
estuviera cubierto por la nieve.
Hablando de nieve, este fin de semana pasado me sucedió una cosa
que me ha hecho recuperar la esperanza en que cualquier día puede sonar la
flauta:
Hemos estado con unos amigos en la Sierra de Madrid. Éramos seis
familias y el sábado estuvimos en Cotos con los niños. Se tiraron con los
trineos por ahí y se lo pasaron fenomenal. Pero ya sabéis, el parking
abarrotado, para pedir un caldito en la Venta Marcelino , media hora…
en fin, que muchísima gente. Y en un momento dado que coincidió que estábamos
todos, le pedimos a un chico que pasaba por allí que nos hiciera una foto con un
teléfono. Nos la hizo y preguntó lo típico: “¿Queréis que os haga otra por si
acaso?” Y Óscar, uno de nuestros amigos, le contestó en broma “sí, sí. Tú tira
fotos hasta que se acabe el carrete”.
Bueno, pues volvimos a quedar al día siguiente. Esta vez en
Cercedilla. Fuimos sólo los mayores por un camino bien chulo por cierto, que va
hacia la Fuenfría.
Y la misma historia. En un momento de reagrupamiento, alguien
saca un teléfono, y al primer chico que pasa le pide que nos haga una foto. Y va
el tío y nos dice: “¿pero le habéis cambiado ya el carrete a la cámara?”
¡¡Era el mismo del día anterior!!
Por qué no va a haber una esta noche con estos
números
Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
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