El poder de
la mente.
Esta semana
cobramos porque cometí un error. Como ya os dije, pensé que las carreras serían
por la noche y resulta que a media tarde recibí un mensaje de Carlos Iribarren
diciéndome que la segunda carrera ya la habíamos fallado. Me quedé blanco cuando
lo leí porque no había sellado todavía los boletos. Lo primero que hice fue
intentar sellar la Lototurf porque aunque las carreras hubieran empezado, como
la carrera de la Lototurf es la cuarta, probé a ver si había suerte. No
la hubo.
Llamé a Loterías y tampoco hubo posibilidad. Así que sólo me
quedaba avisaros de que no estaba echada y rezar para que no tocara porque
aunque os había avisado, mejor que no acertáramos para evitar posibles
problemas.
La
Quíntuple me preocupaba menos porque al fallar ya una carrera, el posible premio
no podía ser desorbitado. Pero la Lototurf tenía más de un millón de euros de
Bote…
Me conecté
para ver la cuarta carrera en directo y tengo que deciros que ni la clase del
caballo, ni la monta de Janaceck, ni la preparación de Bartolomé Gelabert… A
Next to me le hice ganar yo. Salió atrás, pasó por primera vez por meta el
penúltimo e iba casi descolgado. Pero yo no podía dejar de fijarme en esa
chaquetilla rosa. Mi deseo era que se quedara en esas posiciones, pero sin
querer le iba empujando hacia delante. Entró en la última curva detrás del grupo
de cabeza y bastante encerrado, pero yo que no podía despegar la vista de aquel
rosa, le encontré sin querer una vía por fuera. En la recta, cada vez que decía
“no por favor” les recortaba un tranco a Cuentista y a Balabindu. Y es que he
comprobado que no hay nada como no querer que gane un caballo, para que el jodío
triunfe. Os dejo el enlace para que lo disfrutéis: https://www.youtube.com/watch?v=_rLqwwrdTpc
Así que la
probabilidad de que saliera “nuestra” combinación de Lototurf seguía viva. No os
imagináis qué tarde de viernes más tonta pasé.
Claro que
después de ver cómo me había ido con la carrera, pensé que como viera el sorteo,
con mi poder mental seguro que volvía a aplicar esa psicología inversa tan
absurda y acababa sacando bolita tras bolita los seis números. Así que decidí
salir a dar un paseo y olvidarme de todo lo relacionado con
Lotería.
Al final,
se volvió a demostrar que es casi imposible y no acertamos ni un número, pero
tengo que reconocer que se pasa mal. Yo no entiendo cómo puede vivir tranquila
la gente que se dedica a hacer intencionadamente trampas tipo Madoff y
compañía.
En fin, que
los viernes ya no corren. Esta semana sólo tenemos carreras el domingo y éstos
son nuestros pronósticos.
Ya no sé si
quiero que gane El Africano o prefiero que no gane, que parece que así es más
efectivo. En cualquier caso, espero que no le vea el Consejero de Sanidad porque
con ese nombre, es capaz de sacrificar al pobre caballo como medida
preventiva.
A ver si
nos llevamos el Bote, que esta semana ya empieza a estar golosón:
40.000€
LA PRESILLA
Arre
caballitos.