Faltan dos semanas para que termine el año.
Sabéis
que cada semana trato de contaros cualquier tontería que os haga olvidar que soy
malísimo eligiendo los dichosos numeritos.
A lo
largo del año os he hablado de lugares, de hechos históricos, de personas... Y
me encanta cuando alguna vez alguien me escribe diciendo que le he arrancado una
sonrisa. Pero sin embargo, hoy voy a ponerme serio porque llevo tiempo pensando
que debería dedicar un post a Federico y a toda esta maldita situación que
estamos viviendo.
Hablamos
de números, de estrellas o de combinaciones, pero no nos damos cuenta de que la
verdadera suerte es que no nos pase nada. Que sigamos con nuestras rutinas y que
veamos las cifras de fallecidos simplemente como una mera
estadística.
Cuando
mi hija empezó Educación Infantil en el colegio (este año termina Bachillerato),
no recuerdo qué día ni por qué (aunque no soy yo de necesitar muchos motivos),
decidimos tomarnos un café al dejar a las niñas. Al día siguiente repetimos. Y
al día siguiente y al siguiente. Acabamos formando un grupo de cuatro personas
(Carlos, Javi, Federico y yo) al que de vez en cuando se unía
alguien.
Cada
mañana de colegio durante 10 años, hemos “arreglado el país”, nos hemos picado
con los resultados de nuestros equipos de fútbol (éramos 2 contra 2), hemos
reído e incluso se nos ha escapado más de una lagrimilla, siempre alrededor de
unos cafés.
Bueno,
siempre no. Porque la tradición obligaba a que el último día de colegio antes de
Navidad y el último de día de curso, el desayuno debía consistir en unos huevos
fritos con patatas y jamón. Esos seguramente habrían tocado un día como hoy.
Pero ya
nunca más podrá ser, porque este maldito coronavirus se llevó a Federico en el
momento de mayor desconocimiento y crudeza de la
situación.
Disculpad
el tono grave de hoy, que además no hay manera de relacionar esta vez con las
combinaciones que aparecen más abajo. Además, no es el primer miembro de la Peña
que nos deja. Estoy pensando en el queridísimo (también por muchos de los que
estáis ahí) Pepe. Pero es que hoy sentía la necesidad de tomarme esos huevos
fritos, aunque sea de esta manera tan rara.
Lo
dicho. Os dejo las combinaciones en las que por cierto, jugamos un par de
décimos de Navidad.
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