Madre
mía, la que se está liando…
¿Vosotros tenéis las “cosas” arregladas? Os lo digo de verdad, que
no está el tema como para que te pille
desprevenido.
Los más
veteranos de la Peña recordareis que hace tiempo me definía (de cachondeo) como
vuestro G.I.O. (Gestor de Inversiones de Ocio). Bueno pues voy a volver a
retomar el título pero ahora en serio, porque resulta que llevamos todo este
tiempo jugando con fuego. Os cuento:
El otro
día estuve en una fiesta, exquisita por cierto, en la que coincidí con un montón
de amigos que en una gran mayoría además pertenecen a la Peña. Total , que nos pusimos a
hablar y salió el tema de la Peña y lo que haríamos si nos tocara la lotería… ¡Y
se lío parda! Alguien empezó medio en broma diciendo que la participación era
sólo suya y acabamos echando mano de la legislación vigente.
Básicamente la ley dice que si el matrimonio está en gananciales,
la participación es propiedad de ambos al 50%. Salvo, ¡atención!, que el
portador de la participación demuestre que la ha adquirido con un dinero suyo
(privativo), por ejemplo que sea un dinero proveniente de una herencia, o a
través de una donación. En definitiva, que llegamos a la conclusión de que
tenemos que hacer un pacto: nos tenemos que poner todos de acuerdo y regalarnos
la participación los unos a los otros de tal manera que al final cada uno tenga
una papeleta regalada. Vamos, que al famoso dicho nupcial le vamos a cambiar una
letra. A partir de ahora tendremos que decir “hasta que la suerte nos
separe”.
Sí, sí,
reíros pero llegados a este extremo yo tengo un dilema que no veas porque claro,
¿a quién leche le mando yo el saldo ahora? Si se lo mando sólo a un miembro del
matrimonio, pierdo una amistad. Si se lo mando a los dos, el que se apuntó
inicialmente me mira con cara de “¡pero qué narices estás haciendo…!”.
Unos ya
se han encargado de anunciar delante de testigos que la participación es sólo
suya, otros muy inteligentemente me dicen que en realidad ellos juegan en nombre
de su hermana o de su madre… Éstos últimos yo creo que en realidad son unos
profesionales del Derecho Civil.
Aunque
para inteligentes (hay que reconocerlo) los catalanes que cuando se casan, el
régimen establecido por defecto es el de separación de
bienes.
En fin,
luego no me digáis que yo no os advertí. Aunque en realidad, si eres hombre
estás perdido estés en el régimen que estés porque tu mujer pedirá el divorcio y
acabará sacándote los ojos. Ya me lo dirás.
Yo no es
por vender más, qué va… ni mucho menos… pero lo suyo es que comprarais dos
participaciones en vez de una y así evitabais problemas. Pero no vayáis a pensar
que busco ningún lucro personal por favor, que yo sólo lo hago por salvaguardar
vuestro matrimonio.
En
cuanto a la combinación de esta semana, ya la sabéis. Y además estoy haciendo un
experimento que os contaré la semana que viene, así que hasta aquí puedo leer.
Bueno en realidad, hasta aquí puedo escribir.
Feliz
fin de semana que mirad, por ahí asoma ya.
Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Mañana
puede ser el día menos pensado
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