Esta semana estoy
mosqueado.
Sí. Estamos a martes (cuando escribo esto)
pero llevo una semana ya torcidita. Y es que parece que dejarse la piel
trabajando 12 horas diarias no es suficiente. Además del esfuerzo, hay que estar
pendientes de las decisiones que toman desde un despacho cuatro gerifaltes,
convencidos de que están en posesión de la verdad absoluta y creyendo que
representan los intereses del Pueblo.
Perdonadme porque no me gusta hablar de
determinadas cosas (una de ellas, es de política), pero es que he recibido un
gancho de derecha directo al hígado, que no sé si va a hacer tambalearse a La
Presilla; Ahora, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia le
parece que los estancos somos unos privilegiados, y se ha propuesto romper con
el monopolio minorista del tabaco. No basta con fijarnos un precio que no
podemos modificar, con prohibirnos cualquier tipo de publicidad incluso en
nuestros propios escaparates, con poner fotos absolutamente irreales en las
cajetillas, incluso con tratar de eliminar letras y colores para que todos los
paquetes de tabaco tengan exactamente el mismo aspecto. Tampoco es suficiente
con bajarnos la comisión de los títulos de transporte hasta lo inmoral, o con
crear un canon especial para completar una colección de impuestos interminable.
Ahora resulta que hay demasiadas restricciones para poder abrir un
estanco.
Y al final, lo que se consigue con todo eso
es perder profesionalidad y por consiguiente, calidad.
España tiene un gran tejido empresarial
formado por microempresas de menos de 10 trabajadores, y por pequeñas y medianas
empresas. Echad cuentas. Si os dais un paseo por vuestro barrio, sea el que sea,
todos los bares, farmacias, panaderías, guarderías, perfumerías…, además de
crear ambiente y cultura de barrio, crean empleo.
Pero esto es como las compañías de
teléfono. ¿A quién se premia? ¿Al que lleva toda la vida? Ni mucho menos: Al que
entra nuevo. Yo estoy harto de escuchar hablar de subvenciones para jóvenes
emprendedores, para nuevos empresarios, etc. Y sin embargo, el ultramarinos de
Carlos Díez, la papelería de la
Avenida de la Albufera o la tienda de ropa de trabajo de la calle Monte
Igueldo , por poneros ejemplos cercanos a mi entorno (ya sabéis
que yo tengo querencia al Puente de Vallecas)… son negocios que llevan
funcionando más de 70 años, han demostrado su profesionalidad independientemente
de coyunturas económicas, y nadie les ha regalado nada. Al revés, hay que tener
todo en regla (Seguridad e Higiene, Protección de Datos, Prevención de Riesgos
Laborales…) no vaya a ser que se presente alguien a hacer una
inspección.
Y mientras, ahí tienes a los chinos
abriendo las horas y los días que les da la gana, atendidos por niños y con el
extintor (traído de China) haciendo de soporte para sujetar el iPad en el que la
abuela está viendo la película (por supuesto de
chinos).
Otra vez os pido perdón, porque estoy
incumpliendo dos normas que me propuse cuando empecé a escribiros estos mails:
tratar de ser siempre optimista para intentar ofrecer esperanza e ilusión, y no
hablar de política.
Pero es que el otro día escuché en la radio
la publicación en el BOE de la creación del nuevo Consejo Estatal de las PYMES,
que yo creo que ni ellos mismos tienen muy claro para qué sirve… No os perdáis
su composición por favor, porque está claro que cuando os decía antes lo de
cuatro gerifaltes, era una frase hecha:
¡Me salen 52 personas!
Y es que esto no puede acabar bien. Algún
día (y ya comienzan a surgir casos esporádicos) se va a tensar la cuerda
demasiado y vamos a acabar como el Rosario de la
Aurora.
Así que esta semana, yo creo que por
primera vez, no tengo tanto interés en repartir un gran premio, como en que me
toque sólo a mí para coger a mi familia e irme a vivir a las islas
Kiribati.
Perdonadme el sermón, pero es que hay veces
que uno necesita desahogarse de alguna manera.
Os digo las combinaciones de esta
semana:
05.07.10.22.41
Reintegro: 2
10.15.31.36.43
Reintegro: 9
Ya sabéis que el sexto número lo tenemos
acertado porque jugamos esa combinación 44 veces, con los 44 números
restantes.
LA PRESILLA
Llegará
el día en el que tenga que pasar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario