lunes, 30 de marzo de 2020

Sealand 25/04/19

Recuperamos 1,85€ de la participación de la semana pasada.

Pero claro, no estamos aquí para eso ¿a que no? No sé, algo está fallando y no sé lo que es. Me he llegado a plantear que quizá hayamos fijado mal el objetivo. Quizá Kiribati no sea el destino. A lo mejor necesitamos algo aún más tranquilo. Más pequeño. He investigado (bueno, en realidad alguien lo ha hecho por mí) y quizá Sealand (Marlandia en castellano) sea el lugar adecuado para llevarnos nuestra fortuna.

Es más, igual si vamos con el euro, ochenta y cinco que nos ha tocado esta semana y una caña de pescar, nos da para vivir allí toda la vida. Porque Marlandia es el país más pequeño del mundo. Es una antigua plataforma militar de la Segunda Guerra Mundial, situada en la costa oriental de Reino Unido, en donde un paisano llegó, plantó su bandera y se ha quedado a vivir como un rey. Pero como un rey de verdad, porque se ha convertido en una micronación con Monarquía Constitucional Parlamentaria.

No creáis que es coña. Buscadlo en internet si no confiáis en mí.

Marlandia (me gusta más el nombre en castellano) tiene su propio himno, su moneda, e incluso su sello. Que digo yo, para qué querrá tener sello si lo que no tiene es cartero... Pero en fin, allá cada cual.

En cualquier caso yo, qué queréis que os diga. Habré errado el objetivo y lo que queráis, pero ya me he encaprichado y prefiero mis islas Kiribati. Además, he visto la foto de Sealand y es un país muy feo de tan solo 1,6 kilómetro cuadrado. Que nos vamos a estar viendo todo el rato y acabaremos discutiendo. De hecho, ya ha habido discusiones: En 1978 hubo un intento de golpe de Estado y el primer ministro acabó en el exilio.

Así que sin duda, Kiribati. Cada uno en una isla diferente, con sus bermudas y sus daikiris.

Y todo gracias a la combinación que sale esta noche y que va a coincidir con esta



Feliz semana a todos y el agradecimiento particular a mi coach Pablo por bucear en las profundidades de la Red y traerme temas tan frescos.



Víctor M. de Francisco
Hay quien ha acabado viviendo
en una piña en el fondo del mar.




No hay comentarios:

Publicar un comentario