No 
quiero que penséis que me posiciono ideológicamente con lo que os voy a contar. 
No tengo intención.
Pero 
esta semana, que estoy yo solo en el Estanco, me están pasando cosas que me 
hacen pensar que es muy difícil gestionar determinadas situaciones. Por ejemplo, 
la crisis sanitaria y económica en la que nos encontramos ahora mismo. 
¿O es  económica y 
sanitaria? ¿Qué va antes?
Os 
cuento un caso (aunque no es el único): tengo un cliente, mayor que yo, que 
viene a diario a por dos Rothmans, pero el caso es que nunca me había fijado en que entra sin mascarilla. Le advertí en un par de ocasiones acerca de la necesidad 
de llevarla puesta. El lunes me volvió a pedir su ración diaria y le dije 
mientras le atendía, que se tenía que poner la mascarilla. Pero  se hizo el 
loco.
El 
martes volvió a por su par de Rothmans (8,30€) y lo intenté con cierta ironía: 
“¿Qué? ¿Tú vas por libre? La mascarilla es obligatoria en recintos cerrados” o 
alguna chorrada así le dije en los 20 segundos que dura nuestra relación diaria. 
Parecía haber agotado su paciencia.
A 
veces las miradas hablan. Y la que me echó en ese momento decía textualmente “me 
tienes hasta los cojones con la mascarilla”.
Claro, 
mi conciencia me obliga a recomendar su uso, aun cuando el Estanco está 
blindado, la gente accede de uno en uno y las operaciones no suelen durar más de 
un minuto.
Pero 
por otro lado, esta ha sido semana de pagas extra, de liquidación de IVA, de 
retenciones e ingresos a cuenta de IRPF y por supuesto, el resto de pagos 
inherentes al negocio. Y las ventas van bastante reguleras. Así que cuando ayer 
le vi entrar con su billete de 10€ en la mano, me llevé una alegría, lo tengo 
que reconocer.
Y 
por supuesto, no se me ocurrió decir ni mú de la ausencia de mascarilla en su 
cara.
Bueno, 
una microalegría. Pero como este es uno de muchos casos, pues al final la suma 
de varias microalegrías se convierte en una 
alegría.
En 
resumen, que si esto me pasa a mí, que soy un mierdecilla, pues imaginad una 
comunidad autónoma o un país...
¿Dónde 
está el punto de equilibrio entre la Salud Pública  y la 
Economía?
Si 
lo pensáis, es el eterno dilema del tabaco. Mucho antes ya de esta 
pandemia.
En 
nuestro caso, “sólo” tendremos que protegernos para cuidar la salud, porque de 
la parte económica, tarde o temprano se encargarán estas 
combinaciones.

El 
“solo” va entre comillas para indicar que aunque parece fácil, no lo es 
tanto.
Mucha 
suerte.
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