sábado, 22 de julio de 2017

Euromillones Sem. 22

Pues ya han empezado las finales de la NBA. Warriors contra Cleveland.

Y en Cleveland precisamente se desarrolló la historia que os traigo hoy. La de un jovenzuelo que en el siglo XIX consiguió sus primeros 50 dólares pintando piedras y vendiéndolas en la escuela. Pero no creáis que se gastó esos 50$ en chuches, no. Se los prestó a un amigo de su padre con un tipo de interés del 7%. Un lince el chaval.

A los 16 años empezó a trabajar. Y a los 19 años instaló su propio negocio (de café), que a pesar de los magníficos rendimientos que le procuraba, no terminaba de satisfacerle porque veía claro lo que no veía nadie más: que el petróleo iba a ser el combustible del futuro. El éxito estaba ahí y no en el café.

A los 23 años invirtió 4.000$ para formar parte de la empresa petrolera Clark, Andrews & Co. Empresa que compraría 3 años después por 72.500$. Y que iría expandiéndose hasta convertirse en Standard Oil, que fue cuando vino todo lo demás: no solo la explotación. También la refinación y el transporte.

¿Lo habéis adivinado ya?

John Davidson Rockeller es considerado el hombre más rico (sin contar las Casas Reales) de la Historia Universal. Y todo se puede resumir en dos datos:

             · Confíó en lo que nadie confiaba
         · Fue siempre fiel a su lema: No trabaje por el dinero. Deje que el dinero trabaje por usted.

Y ahora es cuando os doy dos buenas noticias

         La primera es que ya nadie confía en nosotros (salvo tú, que sigues ahí)
       Y la segunda es no trabajamos para estas combinaciones, pero quizá ellas…




Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Nunca hemos tenido
152 millones de euros tan cerca

Sem. 21 Gilipolleces

Nada, que no hay manera. Seguimos a por uvas.

Como muchos de vosotros sabéis, juego en un equipo de baloncesto perteneciente al Club Deportivo de una empresa, y cada cierto tiempo tenemos el privilegio de viajar por Europa para jugar con las delegaciones de otros países. Un lujo, la verdad.

El caso es que hoy os escribo desde Nantes. Pero lo de este año, aún va más allá: se ha organizado de tal manera que participan varias disciplinas a la vez: baloncesto, tenis, fútbol, ciclismo, atletismo... vamos, lo más parecido a unos Juegos Olímpicos que un aficionado puede vivir. Más de 2.000 participantes. Podréis comprender que esté como niño con Play Station nueva.

Os cuento esto porque me gusta compartir los buenos momentos con vosotros y por lo que me pasó anoche: 2.322 comensales en un salón gigantesco, en una cena de bienvenida, y va una de las camareras, se le empieza a desequilibrar la bandeja, trata de rectificar la posición… hasta que al final pierde pie y acaba cayéndose sobre mi espalda. A la pobre mujer no le pasó nada y ni siquiera me llegó a manchar. Pero lo gracioso es que al comentario de "con toda la gente que hay aquí, ha ido a caerse justo en mi sitio", mi amigo Miguel Ángel, que también es sufridor de la Peña, va y me dice: "si es que, gastas la Suerte en gilipolleces".

A ver si gasto otro poco de Suerte en esto

Que la gilipollez solo asciende a 129 millones de euros.

Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Lo importante es participar…
…en el reparto del botín.

Sem. 19 Timidez

Buenos días.

Se acerca ese día crítico en el que me da mucha vergüenza ponerme en contacto con vosotros, porque os tendré que pedir pasta (en vez de dárosla). Pero debo insistir, porque la vergüenza a veces, cambia la vida a las personas. Este es el caso de Roy Raymond.

Un hombre enamorado de su mujer hasta las trancas, pero al que su timidez le impedía entrar en las tiendas de lencería (las corseterías de la época) para regalarle algún conjuntito un poco subido de tono. En cuanto fijaba su mirada en alguna prenda que se salía un poco de lo convencional, recibía la mirada inquisitiva de clientas e incluso dependientas, y se sentía como un auténtico pervertido sexual.

Tengo que reconocer que cuando mi mujer me pide/obliga a que le espere en el pasillo de los probadores para ir cogiéndole la ropa o para acercarme a por otra talla, sobre todo cuando los probadores tienen cortina en vez de puerta, me siento igual que Roy. Mis ojos van del pie izquierdo al pie derecho para que nadie piense que estoy tratando de escudriñar por las rendijillas. Vamos, que conozco perfectamente como se sentía el pobre hombre, y más en los años 60.

El caso es que como Mr. Raymond era experto en publicidad y no renunciaba a vivir fantasías sexuales con su mujer, reunió 8.000 dólares (entre créditos y familiares) y decidió crear su propia boutique de lencería, alejada del agobio de los grandes almacenes y donde la compra de ropa interior fina y sexy no fuera vista bajo una óptica errónea. Era una tienda de lencería femenina, pero enfocada al consumo de una clientela masculina. ¿El nombre de la tienda? Victoria´s Secret, en Palo Alto, California. Lo de la localidad parece un chiste fácil, pero no lo es. Simplemente es así.

La cosa fue prosperando. Abrió otra tienda, y luego otra... hasta que se cansó. Parece que le gustaba más innovar que prosperar. Así que decidió vender la empresa para buscar nuevos retos. Se la vendió a Leslie Wexler, propietario de The Limited.

Por eso os decía que me da vergüenza pediros pasta para regularizar vuestro saldo, pero que no me daría ningún corte deciros que os tengo que hacer un talón por 750.000€, que es a lo que tocaríamos cada uno con una de estas...


El resto de la historia de Raymond no mola tanto. Nada de lo que intentó, le salió bien y vio cómo la  firma Victoria´s Secrete crecía hasta alcanzar 600 tiendas y facturar 1000 millones de dólares. El pobre Roy, sumido en una gran depresión, acabó lanzándose al vacío desde el Golden Gate.


Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
El día que envíe los saldos, a más
de uno le voy a dejar en bragas.

El destino, las corrientes y los patitos de goma.

La verdad es que esto de sentarme cinco minutos a escribir es una terapia de lo más recomendable. Reduce el estrés. Aunque a veces no me sea fácil encontrar un tema del que hablar.

Esta semana me he encontrado con un suceso curioso que ocurrió en 1992. Os cuento:

Un carguero mercante procedente de Hong Kong, sufrió algún tipo de accidente, de tal manera que la puerta de uno de los contenedores que transportaba se abrió, "liberando" al mar 29.000 juguetes infantiles de baño (castores rojos, ranas verdes, tortugas azules y sobre todo, patitos amarillos). Todos ellos con una misma particularidad; eran de goma y no tenían válvula ni agujeros. Es decir, eran estancos, por tanto flotaban porque no se podían llenar de agua.

Podéis buscar en Google: "Friendly floateers".

El caso es que lo que resultó ser un desastre para la Ecología mundial en general y para The First Years ICC en particular, que era la empresa que comercializaba los juguetes, acabó siendo la mejor herramienta de trabajo para dos oceanógrafos estadounidenses. Ebbesmeyer e Ingraham estudiaban las corrientes superficiales del océano a partir de boyas con dispositivo de rastreo por satélite. Pero desde entonces, incorporaron a su estudio, la relación de lugares donde acababan apareciendo patitos de goma. Y no creáis que es moco de pavo:

Alaska en el 92, Washington en el 96, después Japón, el Estrecho de Bering. En 2003 se encontraron algunos en Nueva Inglaterra, Canadá o Islandia. Y hoy en día siguen camino hacia Groenlandia, Gran Bretaña y por qué no, España. Atentos cuando os bañéis en la playa porque hay quién paga hasta 1000$ por uno de estos Friendly Floateers.

Por lo visto se conocía la presencia de las corrientes marítimas, pero esto ha valido, entre otras cosas, para calcular cuánto se tarda en hacer el giro completo. Y parece que están comprobando que los residuos depositados en esta zona del mar pueden llegar a estar hasta 30 años como máximo sin tocar tierra firme.

Así que paciencia. Porque llevamos ya unos añitos a la deriva, pero no vamos a esperar a cumplir el plazo máximo de 30 años. Estoy seguro de que con esta participación vamos a desembarcar directamente en las costas de Kiribati.



Un abrazo.

Feliz puente.



Víctor M. de Francisco
   LA PRESILLA
Somos un poco patos
Somos muy friendly
Y también somos estanco.





El Rayo, Lutero y el Canal de Isabel II

Pues hoy os pensaba hablar del Rayo Vallecano. Ese equipo de barrio, de nuestro barrio, que juega en Segunda División. Ese equipo cuya afición es capaz de echar para atrás el fichaje, ya firmado, de un jugador por su supuesta condición de neonazi.
Y había investigado para ello. De hecho, había encontrado datos súper curiosos. Por ejemplo, ¿sabíais que el penúltimo concierto de Queen fue en el campo del Rayo?
Pero la actualidad manda. Y lo más actual es que he visto en Facebook que hay una exposición de Lutero en el Ateneo de Madrid. Este monje del s.XVI provocó una revolución en las estructuras sociales, la Política y la manera de entender la Educación. Se rebeló entre otras cosas, contra el Papa porque decía que al Cielo se llegaba creyendo en Dios y no pagando bulas papales. En definitiva, era una manera de protestar contra la corrupción.
Y digo yo, ahora que venimos de días de Resurrección, ¿no podría resucitar este buen hombre un ratito y pasarse por España? Porque después de 5 siglos, parece que seguimos igual. Hoy en día sale corrupción hasta por el grifo (triste actualidad).
Pero volvamos a lo nuestro. Que resulta que los décimos del jueves vienen cada semana desde hace meses, con un escudo de un equipo de fútbol. Y esta semana le toca el turno al Rayo Vallecano. Así que no podía desaprovechar esta oportunidad y me he jugado 100 décimos para optar a todas las terminaciones, de la 00 a la 99.
No os digo los números que me los tengo que "picar" todavía todos uno por uno.
Pero luego los subiré a la web para que los podáis consultar.
Un abrazo.

Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Esta semana jugamos en casa




Trogloditas

Advertencia: el texto de esta semana puede herir la sensibilidad de algunas personas.

¿Recordáis la canción de Siniestro Total?

Te mataré con mis zapatos de claqué 
te asfixiaré con mi malla de ballet 
te ahorcaré con mi smoking 
y morirás mientras se ríe el disc-jockey 

Y bailaré sobre tu tumba 

Te degollaré con un disco afilado 
de los Rolling Stones, o de los Shadows 
te tragarás la colección de cassettes 
de las Shan-Gri-Las o de las Ronettes 

Y bailaré sobre tu tumba 

Te clavaré mi guitarra 
te aplastaré con mi piano 
te degollaré con mis platillos 
te trepanaré con mi órgano Hammond 

Y bailaré sobre tu tumba


¡Qué borricos! Cómo ha cambiado la historia. Pero no creáis que es un caso aislado. Loquillo y los Trogloditas tenían una que se llama “La mataré”, que no daba tanto detalle, pero el fin último era el mismo. Y muchas más.

Ahora nos llevamos las manos a la cabeza, pero esto lo hemos bailado todos en las fiestas de verano. Y lo veíamos de lo más normal.

A veces nos creemos que la educación solo se imparte en los colegios, pero quizá de aquellos polvos vengan ahora estos lodos.

No sé..

Os dejo la participación de esta semana por si vosotros erais más de la canción de El Violinista en el Tejado, la de “Si yo fuera rico…”

.

La edad

Desde hace unos días tengo un sentimiento que no sé definir. No sé ni siquiera si es bueno o es malo. A ver si me podéis ayudar...

El tema es ya me van cayendo un porrón de años, y la mala forma física en la que me encuentro y la ausencia de pelo en el ático tampoco invitan a que la cosa vaya mucho mejor. Ya sabéis, el que te hablen de usted, el que te llamen señor... vamos, que cualquier día me ceden el asiento en el autobús. Sí, sí, reíros, pero a muchos de vosotros también os pasa, a ver si no lo vais a reconocer.

El caso es que a pesar de estos detalles, yo me siento fenomenal conmigo mismo y nunca he tenido demasiadas "comeduras de tarro" con estas cosas. Pero sí es verdad que siempre he pensado que la calvorota, las bolsas en los ojos, etc. le van haciendo a uno mayor.

Sin embargo, y aquí es donde viene la historia, nos fuimos a esquiar unos días y me pasó dos veces, que me subí a un telesilla enfundado en mis esquís, mi pantalón, la cazadora, los guantes, la braga, las gafas, el casco... y el de al lado me habló de usted.

Y joder, al principio me mosqueó. Parezco un "carca" hasta cuando no se me ve.

Pero luego, reflexionando sobre la chorrada, llegaba a la conclusión de que tenemos un aspecto, una comunicación gestual o no sé qué narices, que da igual cómo seamos. Y al final eso es bueno; hay que ser feliz en cada momento con la edad que toca. Y da igual que seas gordo, calvo, bajo o cojo. La gente te va a ver como una persona de tu tiempo y punto.

Conclusión: da igual el aspecto físico, de lo que se trata simplemente es de ser feliz. Y yo os traigo la receta ideal para llegar a la felicidad por la vía rápida. Esta es



Yo sigo dándole vueltas a lo del telesilla... No sé, igual llevaba los cascos muy altos y se escuchaban las canciones de Mocedades. 

Un abrazo muy fuerte.


Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Ofreciendo Fortuna
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