Empiezo el año con 
retraso. Perdonad porque ayer ya jugamos a La Primitiva (que por cierto, ni lo 
he mirado) y todavía no os he mandado el mail. Pero es que he estado preparando 
la mochila para el 2.014.
He cogido de la 
estantería una pizca de paz, que no la necesitamos pero nunca está de más. De 
amistad andamos sobrados, pero he echado un poco que más vale que sobre. 
También he puesto 
amor. Pero amor... amor. Del que despeina (incluso a 
mí).
A ver ¿qué más he 
metido...? Mira, en este bolsillo he guardado los recuerdos, porque sin ellos no 
hay futuro.
Y paciencia, 
muchísima paciencia. Que si algo hemos aprendido ya, es que el camino no es 
precisamente corto.
Meteré un poco de 
forma física, velocidad y coraje porque algo de deporte habrá que hacer para 
sentirse bien.
Voy a echar kilos 
y kilos de salud para nosotros y para toda la gente que nos rodea y que nos 
hacen más felices. 
Tendremos que 
tener también un poco de suerte, así que ahí va cuarto y mitad. Cuarto y 
mitad... de tonelada, quiero decir. Porque anda que no es difícil acertar algo 
aquí.
Y no sé si he 
echado algo más. Bueno sí: ilusión. Toda la ilusión que todavía rebosa de la 
mochila del 2.013.
En el lateral van 
todas las sonrisas, la alegría y la esperanza que he depositado, y casi no puedo 
cerrar la cremallera.
Así que con este 
equipaje, yo creo que ya estamos más que preparados para comenzar la andadura 
por el 2.014. De momento lo volvemos a hacer con la misma combinación, que es 
ésta
Un 
abrazo.
Feliz y Próspero 
Año Nuevo.
¡Coño! Felicidad y 
prosperidad. Ya sabía yo que me faltaba algo...
Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
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