Febrero 
2.016. Verano
-         
Ko na 
mauri
-         
Mmm….
-         
Ko 
uara?
-         
Eeeh… lo 
sien-to no ha-blo gil-ber-tés
-         
How are 
you?
-         
Bueno, 
my english tampoco…
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¿Español?
-         
Síííí
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¡Yo 
también! ¿Y qué haces tú por aquí?
-         
Bueno, 
es una historia curiosa.
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Yo tengo 
todo el tiempo del mundo.
-         
Mira, 
pues en eso coincidimos.
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¿Tú no 
tendrás nada que ver con La Presilla?
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¡Claro 
que sí! ¿Tú también…? ¿Cuántas participaciones 
llevabas?
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Te 
invito a una piña colada y te lo cuento.
Ya en el International Banaba’s 
Club…
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La 
decisión fue rapidísima. No nos lo pensamos dos veces: en cuanto tuvimos los 
visados y las vacunas de toda la familia, hicimos las maletas.  Al principio 
pensé que nos íbamos a encontrar con mucha más gente de la Peña  aquí. Como el 
tío que la organizaba siempre estaba hablando de Kiribati… 
-         
Víctor.
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¿Eh?
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Que 
aquel tío se llamaba Víctor.
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Es 
verdad. Pues lo que te decía, que al principio creía que íbamos a estar todos 
aquí y sin embargo luego llegué a pensar que habíamos sido los únicos zumbados 
que habíamos venido.
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Seguro 
que hay más gente por aquí. Date cuenta de que las Kiribati son un montón de 
islas.
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Más de 
30, eso es verdad.
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¿A que 
no te acuerdas de la combinación que nos cambió la 
vida?
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¿Cómo no 
me voy a acordar? Fíjate, me acuerdo no sólo de la combinación ganadora, sino de 
todas las que jugábamos aquel día.
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Sí 
hombre… no me lo creo.
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Mira, 
eran éstas
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Increíble.
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Sin 
embargo, lo que no tengo claro es la fecha 
exacta.
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Pues 
tuvo que ser la semana de la Fiesta del Pilar.
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Sí, es 
verdad. De lo que no me acuerdo es si fue el jueves o el 
sábado.
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¿Sabes 
lo único que echo de menos? 
-         
¿Los 
emails de La Presilla?
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Exacto.
NOTA DEL AUTOR: como 
veréis, el post futurista de hoy es pura ficción. Es casi imposible que suceda; 
nadie recordaría cuatro meses después las combinaciones que se jugaron aquel 
día.
Ti a bo, 
que es “Hasta luego” en gilbertés, que es la lengua que se habla 
allí.
LA PRESILLA
Kiribati: 
tan lejos, tan cerca






