sábado, 10 de octubre de 2020

Christian Laettner

 Va urgiendo el tema del Euromillones.

 

Sigue habiendo miedo, las ventas caen (por cierto, ¿dónde compra la Lotería de Navidad vuestra empresa? No os olvidéis de La Presilla), la cosa está achuchada y uno de los efectos en mí (muy menor, por supuesto) es que me he “desbaloncestizado”. Ya no hay Baloncesto en mi vida ni como jugador, ni como entrenador, ni como entrevistador (que hacía mis pinitos), ni como espectador. Así que ¿quién lo va a pagar? Está claro: vosotros.

 

Hoy os voy a contar la historia de Christian Laettner.

 

¿Por qué? Pues porque no me importaría tener en la Peña, la suerte que tuvo este tío en el Baloncesto.

 

Este texto os lo envío a 40 ó 50 personas. Y no creo que haya más de 3 (y ya me parece mucho) que sepan quién fue este jugador.

 

Sin embargo, seguro que todos habéis oído hablar de Michael Jordan. Mamá... Maikel Yordan ¿no me digas que no te suena?

 

Sin contar a mi madre, estoy convencido de que los demás les ponéis cara a Magic Johnson y Larry Bird... Incluso a Charles Barkley, Scottie Pippen o Pat Ewing.

 

Otro de los grandes de todos los tiempos de la NBA fue Karl Malone. Por cierto, uno de los nombres de equipo más cachondos que me he encontrado en las ligas municipales es “Karl Malone de la Isla”. Karl Malone-Camarón... Qué arte tiene la gente.

 

Bueno, pues estos jugadores, aparte de ser de lo mejorcito de la Historia Universal del Baloncesto, tienen una cosa en común, formaron parte del mejor equipo de Baloncesto que se ha creado jamás: el Dream Team.

 

Estados Unidos se presentó por primera vez en unos Juegos Olímpicos, los de Barcelona’92 con un equipo repleto de jugadores profesionales. Y quisieron llevar a los mejores. El equipo lo conformaban los siete nombrados, más Drexler, Stockton, David Robinson y Chris Mullin.

 

Quedaba una plaza y sin duda, tenía que ser para Isaiah Thomas. Un base de Detroit que había hecho una temporada espectacular. Pero Jordan, que tenía su carácter, se plantó y dijo que Thomas no iba. Y claro, cuando el jefe de la manada dicta, los demás obedecen.

 

Se buscó una solución un poco cutre, que fue dejar una plaza que representara al Baloncesto universitario. Entonces, siendo así, se resolvía el problema. Y además, parecía claro quién iba a ocupar esa plaza: había un chavalote que sin ser aún profesional ya era famoso. Shaquille O’Neil, que era como un camión cisterna, ya había reventado más de un tablero.

 

Peeeero...

 

Vieron la configuración del equipo y les pareció que quedaba excesivamente oscura. Había demasiados afroamericanos. Así que lo mejor era llevar a un chico de raza blanca. Bird, Stockton y Mullin no eran suficiente representación.

 

Así que llamaron a nuestro amigo Christian Laettner, que se pegó el gustazo de estar un par de meses jugando con Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Pippen, Barkley y compañía.

 

A lo mejor a vosotros no os dice mucho, pero esa experiencia para un yogurín de 22 años debe ser lo más parecido a tocar el Cielo.

 

El mismo Cielo que vamos a tocar nosotros este fin de semana con esta selección de combinaciones

 

 

No os vayáis a olvidar de hablar con los de Recursos Humanos para lo de la Lotería, que este año nos toca a nosotros dar el Gordo.

 

Besos.

 

 

 





Que no os engañen, el verdadero

Dream Team sois vosotros.

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