viernes, 3 de julio de 2020

Feliz Cumpleaños

Una de las grandes ventajas que me ofrece esto de la Peña es la libertad de elegir el tema del que hablo cada semana. Así que hoy he elegido uno bastante personal, aunque por otro lado, nos concierne a todos.

Hoy mi padre habría hecho 96 años. Y si siguiera viviendo, seguro que le pillaríais en La Presilla. Él siempre decía que moriría con las botas puestas y así fue: uno de mis últimos recuerdos de él es sentado en la cama del hospital haciendo la Declaración de la Renta.

Digo que a vosotros también os concierne porque como no sé exactamente la fecha en la que mis abuelos abrieron la tienda por primera vez, hace ya unos años decidí establecer como “oficial”, la fecha del nacimiento de mi padre: el 3 de julio de 1924.

Así que hoy La Presilla cumple 96 años.

Casi un siglo de vida en el que hemos pasado por todo tipo de vicisitudes: La Presilla ha vivido una guerra, varias crisis económicas mundiales, aquí se produjo un asesinato (ya os he hablado en alguna ocasión de eso), pero también se han vivido muchas alegrías, se han dado muchísimos premios, se ha generado empleo a cientos de personas…

La Presilla es la imagen viva de un barrio que pasó de ser las afueras de una gran ciudad, a un barrio extremadamente comercial. Luego se transformó en Territorio Comanche plagado de yonkis y delincuencia. Y ahora vuelve a ser un barrio humilde, de trabajadores, donde la inmigración convive con la modernidad que poco a poco se va abriendo paso para volver a dar a esta zona de Madrid el esplendor que nunca debió perder.

El caso es que aunque mis abuelos, mi madre y yo hemos puesto nuestro granito de arena, La Presilla no sería lo que hoy es sin la increíble labor que realizó mi padre durante toda su vida. 

Son 25 años ya sin él, pero no hay día que no le recuerde, aunque sea un instante. Pero sin pena ya. Con alegría y sobre todo con orgullo. A veces lo que le digo es “Venga, vamos. Mueve hilos por ahí arriba y haz que saquen estos números…”


Mi padre siempre se ha llevado bien con todo el mundo, así que estoy seguro de que al que sea, le tiene ya medio convencido.








Dicen que me parezco mucho a él,
pero yo prefiero morir con las chanclas puestas
(o en su defecto, con las deportivas).

Noche de San Juan

No os pude escribir el otro día, pero seguimos en la semana en la que se celebra la noche más corta del año; la noche de San Juan.

En esta ocasión una celebración un poco rara porque por prevención frente a posibles contagios, no se ha permitido celebrar prácticamente en ningún lugar de España.

Pero nosotros, que somos más chulos que nadie, lo vamos a celebrar ahora mismo, dos días después y a través de la meditación:

     Imaginad una hoguera. Imaginadla tan grande como queráis. Primero se deben poner maderas y carbón, para generar una buena llama. Y cuando el fuego esté vivo en nuestro pensamiento, debemos empezar a echar todo eso que tira de nosotros hacia abajo: Rencores, resentimientos, miedos, culpabilidades, complejos, dolores... todo lo que nos impida ser felices lo debemos quemar.

Soy consciente de que habrá cosas que no ardan y al final, tendremos que cargar con ellas un año más (o varios). Pero es importante jugar a pensar que nos podemos deshacer de todo aquello que no nos ayuda, aunque sólo sea en nuestra imaginación. Viene a ser como lo que se estudia en primero de Informática: el reseteo. Es algo así como apagar y volver a encender.

Cuando todo se ha quemado y solo quedan las brasas, la tradición dice que hay que cruzarlas descalzo un número impar de veces para conseguir la liberación y la purificación del alma. Hay gente que incluso habla de poder atraer fortuna con estas técnicas y también a través del agua y la danza.

Entonces, recapitulemos...

El número impar lo tenemos, porque esta es la semana 25. Las brasas también, porque más brasa que os pego yo cada semana... Lo del agua ya va complicando un poco la situación porque con estos calores, la verdad es que yo soy más de cervecita. Aunque si no es bebida sino echada, tampoco me importa darme un chapuzón.

Donde le veo lagunas al plan es en el tema de la danza. No solo bailo fatal, sino que además mi mujer y mi hija dicen que cuando lo hago pongo cara de tolai.

Pero en fin, como es un ejercicio de imaginación y con el pensamiento se puede hacer casi lo que se quiera, me voy a imaginar bailando como Fred Astaire mientras recojo el cheque en la sede de Loterías.

Os recuerdo las combinaciones para que vosotros también hagáis vuestro ejercicio de meditación 

 





Os debo tener quemaditos ya.
Y encima, os hablo de hogueras

jueves, 18 de junio de 2020

@jokin4318

¿Tienes cuenta de Twitter?
Si es que sí, ¿cuánta gente te sigue?
 
Yo tengo dos: una del negocio @LaPresilla con la increíble cifra de 357 seguidores. Y otra personal @PosteMedio en la que hablo de todo, pero fundamentalmente de Baloncesto (cada uno, su pasión). En esta otra, soy más activo, comentó cosas, retwiteo... 67 seguidores (y uno de ellos es @LaPresilla).
 
¿Y a ti? ¿Te siguen más de 100?
 
Pues bien, el otro día me llegó la increíble historia de Joaquín Carmona (@jokin4318).
 
No sé si le conoces. Yo no había oído hablar de él en mi vida. Es un hombre que solo habla de Atletismo. Envía noticias de récords, de atletas, de programas de preparación, de todo tipo de estadísticas acerca del Atletismo...
 
Tiene 31.286 seguidores.
 
Pues bien, el 15 de marzo envió un Tweet (un mensaje en Twitter) y ya no volvió a enviar más. Pasaron los días y los aficionados al Atletismo empezaron a echarle de menos. Muchos pensaron que estaría siendo víctima de la COVID-19.
 
Entonces, Alfredo Varona, un cronista de la revista especializada “La Bolsa Del Corredor (LBDC)” decidió tratar de localizarle. Como no sabía dónde buscar, fue preguntando por las Redes, a ver si veía el mensaje alguien relacionado con él. Y así fue. Un día recibió un mensaje directo de un estudiante madrileño que vivía en Italia. Decía algo así:
  • Yo sé quién es. Hace tiempo coincidía con él en una biblioteca de Arganzuela. Por cierto, si le ves, dile que deje de vivir en la calle.
Alfredo Varona no terminó de entender bien el mensaje. Pero era tal cual.
 
Joaquín Carmona es un sin techo, que vive desde hace años en un parque, y que lo único que tiene propio es un colchón que encontró en la calle y un viejo portátil que carga en la biblioteca municipal. Al cerrar esta por la situación de alarma, él no ha podido seguir dando difusión a su deporte favorito.
 
Consiguió localizarle. No fue fácil, pero casi le costó más que le concediera una entrevista, decía que no quería saber nada del mundo y que tenía mucho que perder.
 
Al final, accedió a la entrevista y parece que le está valiendo para recibir más de una ayuda, que ojalá le saquen de la calle y consiga acceder a un trabajo.
 
Me gustaría que buscaras su perfil en Twitter, con sus más de 29.500 tweets registrados. Porque no solo es una producción espectacular, sino que además están perfectamente estructurados.
 
Es una historia increíble (al menos a mí me lo parece) de la que debemos sacar una conclusión: que la constancia y la tenacidad te pueden cambiar la vida.
 
Os recuerdo nuestra constancia y tenacidad particulares
 
 






 
 
 
 
Si este hombre hablara alguna
vez de nosotros, no sería sobre
velocidad. Más bien sería sobre
resistencia. O ultra-resistencia.
O quizá ultra-resistencia con salto
de obstáculos en el desierto.
Sea como sea,
nuestra meta está en Kiribati.
 

sábado, 13 de junio de 2020

IÑAKY


Hoy os voy a hablar de una buena persona. 

Durante todo este tiempo que hemos estado confinados en casa, la mayor preocupación (gracias a Dios) de muchos de nosotros ha sido cómo ocupar el tiempo. Los puzzles, los juegos de mesa, la levadura para repostería, las aplicaciones del móvil o los álbumes de fotos han sido los productos estrella. Cada uno se ha buscado sus rutinas para hacer más llevaderos los días.

En nuestro caso, en verdad más en el caso de mi mujer, le dio por el deporte. Retiramos la mesa del salón y lo convertimos en una sala de fitness. Empezó apuntándose a todo (Fitness, Yoga, Pilates, GAP…). Personaje que aparecía en Instagram, clase que se hacía, hasta que Iñaki la fidelizó.

Y poco a poco me fui enganchando yo también.

Iñaky García (que es como se hace llamar en Instagram), sigue ofreciendo su conocimiento como desde el primer día. Solo descansa los sábados porque dice que el descanso es tan necesario como el propio entrenamiento.

Este chico es un fenómeno. Pero no solo lo es porque sepa dirigir muy bien el entrenamiento. Lo es porque se ciñe a lo que controla (que es mucho). Habla de musculación, de alimentación, de técnica en los ejercicios, lo que se debe y no se debe hacer… y todo eso lo envuelve con gracia, con buena música y con el misterio de ocultar a su chica, que hace gimnasia con él, pero a quién nunca se ve. Al más puro estilo “Los Ángeles de Charlie”, pero al revés. Porque Charlie sería ella (Jenny), a la que todos conocemos por “Producción”.

Con su método de trabajo ha revolucionado las redes. Al menos, las mías. Ha llegado a tener en directo hasta 13.000 dispositivos conectados a la vez. Eso significa que como no todo el mundo hace los ejercicios solo, ese número se multiplica de tal manera que es como si estuviera el WiZink Center abarrotado, dando clase con él. Y de manera totalmente desinteresada.

De verdad, ha sido una tabla de salvación para mucha gente. Yo no estoy más delgado, ni más fuerte, ni me ha salido pelo. Pero sin embargo, me siento física y mentalmente sano. Me ha hecho sentirme en forma. Y eso es muy de agradecer.

Estoy convencido de que el caso de este chico se estudiará en las universidades de Comunicación. 

Yo creo que la clave de su éxito radica en varios factores:
    1. Que ha sabido mantener su posición sin desviarse del camino. Porque hay otras, que lo mismo te dicen un día “Hola, soy Fulanita y hoy vamos a hacer glúteos”, como al día siguiente te saltan con “Hola, soy Fulanita y hoy vamos a hacer croquetas de jamón”.  
    2. Y sobre todo, en su bondad y su normalidad. Es un tío que cae bien. Que demuestra pasión por lo que hace y cariño a los que le seguimos.

Por eso, como no sabía cómo agradecerle lo que ha hecho por nosotros durante este tiempo de confinamiento, y como además, iniciamos ciclo nuevo, he decidido regalarle una participación de las que vendemos por ventanilla, en señal de agradecimiento.

A ver cómo consigo hacérsela llegar…

Estas son las combinaciones que jugamos hasta el 5 de julio.

¡Mucha suerte!


viernes, 29 de mayo de 2020

La Esquina del Zorro

Cuando y donde menos te lo esperas, surge la Esperanza.

Sabéis que me gusta hablaros de vez en cuando de Vallecas, porque aunque el barrio es como es, uno lo sigue llevando en el corazón.

El Puente tiene sus encantos, pero he de reconocer que tiene muchas cosas malas. Y este tiempo de confinamiento me ha servido para descubrir aún más. Pero no os voy a hablar de eso. Al revés. Os voy a hablar hoy de mi última sorpresa. Grata sorpresa.

El martes llevé el coche al taller, que está en el Puente de Vallecas profundo. Imaginad una calle larga (Monte Igueldo) que tiene un primer tramo muy comercial, donde los alquileres son altos, están cerca el Metro, los autobuses, comercios de prestigio, como La Presilla (si supiera, aquí pondría un emoticono guiñando un ojo) y un Mercado. Pero a partir precisamente del Mercado, la fisonomía de la calle cambia radicalmente. Solo se ven locales cerrados (ha cerrado allí hasta un chino), suciedad, casas muy humildes por fuera y destartaladas por dentro. La población tira más al Bronx que a la Sexta Avenida. Y a parte de algún taller, por ahí solo resisten abiertos los bares, las fruterías de mala calidad y alguna peluquería de caballeros (normalmente, caballeros dominicanos).

El año pasado se pusieron muy de moda en esta zona los narcopisos, pero parece que eso se va controlando. Lo que no pasa de moda son los enfrentamientos cada fin de semana entre los Ñetas y los Latin Kings.

El caso es que el martes llevé el coche y cogí un itinerario diferente al habitual. Y de repente, en la misma calle del taller (c/ Ramón Calabuig) me llamó la atención un local. Un local que perfectamente podría estar situado en el Barrio de Salamanca (para los que no sois de Madrid, uno de los barrios más ricos de la ciudad).

Un local con unos escaparates gigantes, la carpintería pintada de azul, un cartel con el nombre de la tienda, que sin ser especialmente llamativo es atrayente. Y desde fuera, lo que se veía era un orden y un mimo en cada detalle que llamaría la atención en cualquier distrito (no digamos ya ahí).

Pero si ya eso en sí mismo parece un milagro, no os lo vais a creer cuando os diga lo que vende... ¡libros!

Es una librería. En los tiempos que corren, en los que ya no lee nadie y los pocos que leen, lo hacen en formato digital, va una persona (o grupo de personas) y tiene los cojones de montar una librería de diseño en mitad de la desolación.

“¡Menuda idea descabellada!” Pensaréis, igual que lo pensé yo. Pero lo más increíble es que como iba en coche y no pude parar (prometo acercarme en cuanto pueda), he investigado en internet (https://www.librerialaesquinadelzorro.com/ ) y resulta que han cumplido 9 años. Es decir, que es una tienda establecida y asentada ya en el barrio.

No me digáis que no da alegría.

Cuando todo es decadencia y pobreza, encontrar un oasis así, te hace pensar que cualquier cosa, con trabajo, con esfuerzo y con cariño, puede salir adelante. Y no hablo solo de un negocio. Hablo de cualquier cosa, desde un estado de ánimo hasta una combinación de Euromillones como esta, que jugamos esta noche




Leer nos hace libres.
Sobre todo, leer nuestra combinación,
mañana en el periódico.

miércoles, 13 de mayo de 2020

El Mundial, la repetición y los 173 millones (17/09/2019)

¡Campeones del Mundo!

Vaya semana más buena que vamos a tener. El domingo el Basket y esta noche, los 173 millones.

Supongo que habréis visto mil imágenes del antes, del durante y del después de la final.

Yo de todo lo que he visto, me quedo con una charla que dio Ricky Rubio hace unos meses en la Fundación BBVA y que ahora, a raíz de su MVP, se ha hecho viral.

Merece la pena escucharla si no lo habéis hecho. Pero os voy a hacer un poquito de spoiler: viene a decir que en Estados Unidos hay un dicho que dice que el trabajo gana al talento cuando este no trabaja lo suficiente. Que es muy importante tener talento, pero que tanto o más es la constancia. El repetir, repetir, repetir. Si insistes, trabajas, te levantas cuando te caes y sigues insistiendo, el éxito tarde o temprano llegará.


Bueno, pues siguiendo este mantra, yo talento ya he demostrado que tengo bastante poco. Ahora, en insistir, repetir y no parar de volver a intentarlo… A eso no hay quien me gane. Tengo el culo desollado de tanto caerme y las manos en carne viva de tanto apoyarlas para levantarme. Así que ¿por qué no va a poder ser hoy el día que el éxito aparezca por La Presilla?

Esta es la participación


Os iba a desear suerte para esta noche. Pero la Suerte no es para los que la necesitan.

Y nosotros no la necesitamos, nosotros nos la ganamos.


Vaammoooosssss.



M V P… B
Macho Víctor Pulveriza
…el Bote

Nada es lo que parece

Acabamos de terminar de tomar un tentempié y ya sé de lo que os voy a hablar esta semana. Pero lo haré más tarde, porque ahora voy a aprovechar la papelera del bar donde estamos para deshacerme de todos los papelajos que ya no sirven (entradas, mapas ya usados...).

Ya estoy aquí. Como os decía, he encontrado el tema adecuado, que es que hay cosas que no son lo que parecen.
Si os hablo de la esvástica o cruz gamada, seguro que la mayoría pensaréis en el nazismo y asociareis la imagen con hechos violentos y desagradables.
Sin embargo, los mapas de las ciudades japonesas están plagados de cruces gamadas. Porque este símbolo indica (desde mucho antes de la II Guerra Mundial) la presencia de un templo budista.
Es curioso como un mismo símbolo (o casi, porque a veces pienso que está invertida) puede significar odio y maldad, mientras en otro lugar, es símbolo de concordia y paz.

Os cuento esto para daros esperanza. Porque si pensáis en la Peña de La Presilla, hombre odio no, pero que la asociáis a la mala suerte, empiezo a pensar que sí. Y como os decía, nada es lo que parece. Quizá cualquier día, esta peña nos dé una gran alegría


Hablando de mala suerte, no sé cómo no me habéis sustituido todavía. Si os cuento la última...
Me voy al otro extremo del mundo (como sabéis, con la única finalidad de localizar los números que os hagan ricos). De ahí me voy al extremo del extremo del mundo. Entro en un templo, y dentro, medio escondido, veo una urna llena de papeles y un cartel que dice que depositando 100 yenes puedo coger un papel de la Suerte. Entonces me invade la sensación del deber cumplido. Lo he encontrado. Es justo lo que buscaba. Lo que todos estabais esperando.
Dejo los 100¥ (que suena a dineral, pero no llega al euro) y elijo cuidadosamente uno de los papeles.
No puedo esperar. Lo empiezo a desdoblar (exquisitamente doblado, por cierto) y me encuentro un folio llenito de garabatos en japonés. Ni un número. Ni una letra en latín. Todo casitas.
Así que lo único que pienso es que mi misión no ha acabado. Tengo que traducirlo. Lo vuelvo a doblar y lo guardo con el resto de papelajos que llevo (entradas, mapas ya usados...).

Sí. Efectivamente. Nuestro papel de la suerte ha acabado en la papelera del bar. Y me doy cuenta ahora que he vuelto a la ciudad.

Pero nada es lo que parece. No me preguntéis cómo, pero seguro que eso nos traerá suerte. Ya lo veréis.